El papa Francisco canceló este viernes sus actividades oficiales debido a una especie de resfriado que reflejó el día anterior durante su audiencia general y en un servicio en una iglesia de Roma por el Miércoles de Ceniza.
La condición del pontífice ha hecho titulares en medio de una propagación de la epidemia de coronavirus en el norte de Italia que ya ha registrado 650 casos.
El jueves, Francisco canceló una visita a Roma para oficiar misa con otros sacerdotes y en sus apariciones públicas se le vio tosiendo y estornudando. También habló con voz entrecortada.
El Vaticano dijo este viernes en un comunicado que el Papa estaba “ligeramente indispuesto” pero no describió cuál es su malestar.
El portavoz Matteo Bruni explicó que Francisco ofició misa en la mañana en la capilla de la casa de huéspedes Santa Marta, donde reside, y saludó a los asistentes.
Sin embargo, “pensó que lo mejor era posponer las audiencias oficiales” del día, agregó Bruni.
El papa argentino goza de una buena salud en general. En su juventud perdió parte de un pulmón tras una enfermedad respiratoria y padece de ciática, lo que le causa problemas para caminar.
La amenaza a la expansión del coronavirus en Italia ha obligado a cancelar eventos, cerrar reservaciones de hoteles, suspender espectáculos tradicionales y tomar medidas de precaución, especialmente en el norte del país.
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