El papa Francisco pidió a los obispos de todo el mundo a dejar de lado sus prejuicios personales, recordándoles que el sínodo sobre la familia que se realiza en el Vaticano no es un parlamento donde se negocia.
"Quiero recordarles que el sínodo no es un convenio o un parlamento donde hay que llegar a ponerse de acuerdo. El sínodo es una expresión eclesial, es la Iglesia que camina, para leer la realidad con los ojos de la fe y los ojos de Dios", dijo Francisco en la reunión del lunes por la mañana.
Apuntó que hay que "poner por encima de todo el bien de la familia, de la Iglesia y de la ley suprema: la salvación de las almas".
En la reunión se debate el papel de la Iglesia en el cuidado de las familias católicas en un momento en que la tasa de matrimonios está en descenso, el divorcio es un proceso común y las uniones civiles van en aumento.
Los conservadores han insistido en la doctrina de la iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio mientras los más progresistas buscan un enfoque más benevolente para las cuestiones que afectan a la familia.
Al inicio del diálogo, el presidente protémpore del sínodo y cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, lamentó que los medios de comunicación han presentado este sínodo como "el de dos bandos enfrentados entre ellos con posiciones irreconciliables".