Con un breve discurso donde instó a los obispos a hablar con total claridad, el papa Francisco inauguró una cumbre para analizar temas polémicos sobre la familia.
En el esperado sínodo de obispos que empieza este lunes se discutirán importantes temas como el divorcio, el matrimonio, la homosexualidad y los anticonceptivos.
El papa Francisco instó a los casi 200 cardenales, obispos y sacerdotes a expresar libremente lo que realmente piensan sobre cada tema y no tengan miedo, pero al mismo tiempo pidió que se respeten las diversas opiniones.
"Tenéis que decir todo lo que sentís sin temor" y “escucharse entre sí con humildad”, remarcó el Sumo Pontífice.
Durante el encuentro saldrán a relucir los diferentes puntos de vista entre los clérigos conservadores y los más progresistas o liberales. Ellos opinarán sobre si por ejemplo se debe mantener la prohibición de recibir la eucaristía entre los divorciados que se han vuelto a casar sin haber anulado su matrimonio religioso. Algo que el grupo más progresista de la iglesia considera justo y necesario.