El Papa Benedicto XVI llega este viernes 23 de febrero a México y el próximo lunes viajará a Cuba, la otra escala de la segunda visita que el Sumo Pontífice realiza a América Latina, una región que alberga al 28 por ciento de los católicos que hay en el mundo.
El Santo Padre, de casi 85 años, por indicación de los médicos evitará la altitud de la Ciudad de México y dará inicio a su visita en Guanajuato, a varios cientos de kilómetros al norte de la capital mexicana, donde se prevé un gran despliegue de seguridad dado el alto grado de violencia generado en el país por los carteles de la droga.
Tras su estancia en México, el Papa viajará directamente a la segunda ciudad cubana en importancia, Santiago de Cuba, para celebrar el 400 aniversario del descubrimiento de la Virgen de la Caridad, patrona de la isla, antes de trasladarse a La Habana, donde oficiará una misa en la Plaza de la Revolución.
Según el segundo hombre en poder en el Vaticano, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, la visita del Papa a Cuba abrirá el camino a la democracia y a nuevos espacios a la Iglesia Católica en la isla.
El cardenal concedió una entrevista al diario italiano La Stampa en vísperas del viaje de seis días del Santo Padre a México y Cuba, en la que dijo que por el contrario de lo que algunos temen, el gobierno cubano no intentará explotar la visita del Papa con fines políticos.
“Catorce años después (del viaje a la isla de Juan Pablo II) y tras las visitas de diferentes exponentes de la Iglesia católica, no hay duda de que la visita del Papa Benedicto XVI ayudará el proceso de desarrollo hacia la democracia y abrirá nuevos espacios de presencia y actividad”, dijo Bertone.
El cardenal, considerado la mano derecha del Sumo Pontífice, admitió que a pesar de los avances de la Iglesia en la isla todavía quedan muchos problemas por solucionar, como el de las escuelas eclesiásticas, una petición del Vaticano aún no satisfecha por las autoridades cubanas.
El viaje del Papa Juan Pablo II en 1998 coronó un nuevo clima de entendimiento entre la Iglesia y las autoridades de la isla, que siete años después dejaron de practicar oficialmente el ateísmo y autorizaron el ingreso de católicos a las filas del gobernante Partido Comunista, el único permitido en el país.
La visita de Benedicto XVI, aunque la Iglesia ha insistido que es meramente “pastoral”, ha generado tensiones de carácter político después de que el Vaticano informó que el Papa se reuniría con el gobernante Raúl Castro, y estaría “disponible” para hacerlo también con su hermano Fidel Castro.
Las Damas de Blanco, que cada semana marchan pacíficamente en Cuba a las iglesias para rezar por la libertad de todos los presos políticos en la isla, pidieron oficialmente que el Santo Padre las recibiera, pero fuentes del Vaticano han dejado entrever que el Papa no prevé encuentros con opositores políticos.
Según el gobierno cubano, los disidentes están tratando de “politizar” la visita papal y para impedirlo en las últimas semanas elevó la represión y el hostigamiento contra los opositores, con arrestos temporales de disidentes y también de decenas de Damas de Blanco.