El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, recorrió el miércoles —a caballo, en lancha y en helicóptero— un tramo de la frontera con México a la altura del Río Grande, en McAllen, Texas, donde el presidente Donald Trump ha ordenado completar un muro fronterizo.
Un portavoz de Ryan, Doug Andres, dijo que el republicano fue guiado por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional “para examinar los retos que existen en asegurar la frontera y enterarse de primera mano sobre los temas que encaran las comunidades fronterizas”.
La visita tiene lugar dos días después de que el Departamento de Seguridad Nacional dio a conocer las nuevas políticas que regirán la aplicación de la ley migratoria bajo la administración Trump.
“Cuando uno ve con sus propios ojos los múltiples retos que encaran nuestros profesionales [de inmigración] a lo largo de la frontera, hace que uno respete aún más el trabajo que hacen día a día”, dijo Ryan en una declaración posterior a su gira.
Trump ha prometido repetidamente que construirá un muro en la frontera para detener el flujo de inmigrantes mexicanos y centroamericanos, y si bien ha insistido que eventualmente México pagará por su construcción, antes necesita que el Congreso apruebe fondos para financiar el multimillonario proyecto.
Ryan dijo estar a la espera que la Casa Blanca envíe al Congreso un requerimiento de fondos de emergencia para comenzar la construcción del muro.
La visita de Ryan, en la que estuvo acompañado del congresista Michael McCaul, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara, y de otros republicanos, constituye la primera vez que viaja a la frontera con México.
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Los defensores de los inmigrantes señalaron que Ryan y su comitiva parecieron no recibir un informe completo de lo que sucede en la frontera con México, puesto que su visita no contempló reuniones con los residentes de la zona.
“Desafortunadamente no parece que Ryan y el representante McCaul se hayan interesado en escuchar a la gente que vive en la frontera”, dijo Chris Ricker, asesor político de la American Civil Liberties Union, un grupo defensor de derechos civiles.
Ricker apuntó que, en contraste, congresistas demócratas que visitaron McAllen la semana pasada sí tuvieron cabildos abiertos con los residentes.
En el pasado, Ryan ha descartado la idea de que vaya a haber deportaciones masivas o que se vaya a crear una fuerza de deportación. “No va a suceder”, dijo el 12 de enero. Pero hasta ahora no ha comentado sobre las nuevas políticas de deportación, que otros republicanos en el Congreso ya han aplaudido.