Una marcha organizada por partidarios del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reunió en Caracas a cientos de manifestantes que protestaron contra las sanciones impuestas por Estados Unidoa a la petrolera estatal venezolana, Petróleos de Venezuela (PDVSA), por sus negocios con Irán.
El gobierno del presidente Chávez y el propio mandatario promovieron las protestas como una forma de alentar el nacionalismo de sus partidarios.
Cánticos como “el pueblo unido, jamás será vencido”, tradicionales de tantas protestas a través del continente, eran comunes entre los manifestantes que fueron convocados a reunirse en distintos puntos de la capital de Venezuela, para marchar hasta una plaza céntrica, bajo la consigna "Gran Marcha por la Soberanía".
El presidente Chávez, quien se encuentra en reposo tras una operación en una rodilla, escribió en su cuenta de Twitter, un mensaje de celebración: "tremenda marcha! Ese es el poder popular! Es la llamarada Patria! Venezuela se respeta!", citó la agencia France Press.
El ministro de Energía y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, dijo en tono desafiante que “nadie se mete con Venezuela” y arengó a los participantes diciendo que “Venezuela debe ser respetada”.
Sin embargo, el propio Ramírez también había afirmado previamente que los cargamentos de crudo de PDVSA para Estados Unidos continuarán normalmente con destino a su subsidiaria, Citgo, pero dijo que Venezuela no garantizaba los embarques a otras compañías, destacó The Associated Press.
Este extremo ya había sido señalado por analistas a la Voz de América, como posible reacción del gobierno de Chávez, lo cual consideran como irrelevante en términos de impacto, dado que Citgo es la destinataria del 80% del petróleo de PDVSA para Estados Unidos, que son en la actualidad unos 900.000 barrilles por día.
De esta forma, Ramírez pretendió mantener el discurso político electoral tal como critica la oposición y salvaguardar lo que los expertos sostienen, es el único ingreso real de PDVSA, que es el petróleo vendido a Estados Unidos.
La petrolera estatal venezolana tiene asumidos compromisos de ventas a futuro con China, en lo que es señalado como una forma de hipoteca del petróleo del país sudamericano en manos de la nación asiática. También vende por debajo de los precio del mercado petróleo a los países de Petrocaribe y subsidia petróleo e inversiones en Cuba, sostienen los criticos de PDVSA.
La petrolera estatal venezolana se verá afectada a través de las sanciones, de acceder a contratos con el gobierno de Estados Unidos, así como a financiación estadounidenses de importación y exportación, y licencias de exportación para ciertas tecnologías.
Las sanciones no le impiden vender petróleo a Estados Unidos, ni negociar con subsidiarias estadounidenses y el gobierno de Venezuela más allá de amenazas, aseguró que seguirá vendiendo a Estados Unidos.
Venezuela es uno de los más importantes exportadores de crudo a Estados Unidos, pero, por otra parte, Estados Unidos es su principal comprador y generador de divisas.
Ramírez dijo que Venezuela aspira a reducir esa dependencia de Estados Unidos a través de la diversificación de mercados, pero en más de una década en el poder del gobierno de Chávez, no hubo mayores cambios en tal sentido.
Las sanciones alcanzan a PDVSA y otras seis compañías internacionales. En particular, en el caso de PDVSA, el Departamento de Estado sostiene que exportó a Irán más de $50 millones de dólares a través de al menos dos embarques de productos refinados del petróleo, entre diciembre de 2010 y marzo de 2011.
Las referidas sanciones se aplicaron en el marco de la conocida ley de sanciones contra Irán de 1996, decididas por Estados Unidos.