Irak debe suspender las planeadas ejecuciones de 128 prisioneros porque sus juicios pueden haber sido injustos, dijo Amnistía Internacional.
La pena capital en Irak no ha probado ser efectiva, argumentó el grupo defensor de los derechos humanos.
También destacó que muchos ataques son llevados a cabo por suicidas, quienes claramente no serán disuadidos por la amenaza de ejecución.
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Algunas de las confesiones usadas contra los acusados probablemente fueron resultado de tortura, indicó el grupo con sede en Londres.
Irak suspendió la pena de muerte después de la invasión de Estados Unidos, en 2003. Sin embargo, la reinstauró un año después, a pesar de un incipiente e inestable sistema judicial.
El ex presidente Saddam Hussein es el iraquí más prominente que haya sido ejecutado. Amnistía Internacional calcula que cientos más han sido sentenciados a muerte.