La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) presentaron sus reportes 2016 en donde ambos destacan la disminución en el número de periodistas asesinados, pero alertan que esta reducción no debe ser motivo para bajar la guardia.
Según RSF al menos 74 periodistas fueron asesinados de forma intencionada o mientras realizaban su trabajo, en comparación con el registro de 2015 que identificó 101 periodistas fallecidos.
CPJ reportó que al menos 48 periodistas murieron en el ejercicio de su profesión entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de 2016, pero al mismo tiempo investiga las muertes de otros 27 periodistas con el objetivo de determinar si sus desapariciones tuvieron algún vínculo con el ejercicio de su profesión.
Lo que sí encontró la CPJ es que en 2016 más de la mitad de los periodistas asesinados murieron en combate en lugares de conflicto, especialmente en Siria Iraq, Yemen, Libia, Afganistán y Somalia. En total en estos lugares 26 periodistas perdieron la vida.
En Yemen, donde la cifra de periodistas caídos se ha incrementado a medida que los combates se han intensificado, seis periodistas también murieron este año, con lo cual el total asciende a 12 desde 2014.
Uno de ellos fue Almigdad Mojalli, periodista freelance que colaboraba con la Voz de América, la red noticiosa humanitaria internacional IRIN, The Telegraph y otros medios.
Tanto RSF y la CPJ consideran que esta disminución se ha producido porque la violencia extrema en los países en conflicto han obligado a los periodistas al “exilio masivo”, que al mismo tiempo crean “agujeros negros de la información en los que reina la impunidad”, afirma Reporteros sin Fronteras.
Para el Comité de Protección de Periodistas la razón del declive no está clara, y pudiera deberse a una combinación de factores, entre ellos que los medios están asumiendo menos riesgos, el aumento en las campañas mundiales para concientizar sobre el combate a la impunidad, y el empleo de otros instrumentos para silenciar el periodismo crítico.
Siria sigue siendo el país más mortífero y México, según RSF es el país "en paz" que ha registrado al menos nueve periodistas asesinados este año.