La policía boliviana intentaba el viernes despejar algunas rutas vitales tras 12 días de bloqueos por parte de seguidores del expresidente Evo Morales que buscan evitar su enjuiciamiento y que han desabastecido a las ciudades agravando la crisis económica en el país.
Un contingente policial sorprendió a los manifestantes que no opusieron resistencia en uno de los puntos de bloqueos de una vital ruta que une las ciudades productoras de alimentos en el oriente con los mercados en occidente. Pero había más de una decena de cortes en la ruta donde están varados camiones con alimentos y combustibles.
La víspera decenas de productores de flores, bananos y verduras echaron sus productos podridos a la calle en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, y se agolparon en puertas de la policía y la gobernación para pedir a las autoridades medidas para despejar las rutas.
Organizaciones cívicas y vecinales de esa esa ciudad, la más castigada por las protestas, exigieron acciones al gobierno, dijo Amilkar Rocha, presidente de la Cámara de Comercio.
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Los seguidores de Morales iniciaron la protesta para rechazar el arresto de su líder investigado por la fiscalía por presuntamente mantener una relación con una menor cuando era mandatario (2006-2019). El político se atrincheró en su feudo cocalero del centro del país y acusó a su heredero y sucesor político, el presidente Luis Arce, de “armar” el caso para sacarlo de la carretera presidencial del próximo año.
La escasez de combustible y de alimentos a su vez atizó protestas de transportistas y productores que ya venían golpeados por un alza en el costo de vida. Cientos de camioneros están varados en las rutas.
Los gremios empresariales han reportado pérdidas por cerca de 200 millones de dólares. El gobierno habilitó vuelos para transportar carne de pollo a La Paz, donde el precio del producto se elevó, informó el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva.
La policía ha denunciado la presencia de francotiradores y de dinamita entre los manifestantes. Arce regresaba el viernes tras participar en Rusia de la cumbre de los BRICS invitado por Vladimir Putin. Analistas opinan que el gobierno ha evitado usar masivamente la fuerza pública ante el temor de enfrentamientos.
El gobierno atribuye el aumento de precios y la escasez de alimentos al contrabando a países vecinos y al “boicot” de Morales. Pero la economía ya había comenzado a debilitarse por la caída de ingresos por las exportaciones de gas natural debido a la falta de inversiones. Sin los dólares que provienen de la venta de gas el gobierno de Arce tiene dificultades para importar y subsidiar los combustibles y los precios de alimentos subieron debido a que muchos insumos son importados.
El pulso entre Arce y Morales por el control del dividido y debilitado gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), que ha gobernado el país por casi dos décadas, está agravando la crisis, según empresarios y analistas.
“Estamos ante un proceso inflacionario. Bolivia necesita con urgencia 3.000 millones de dólares para levantar la economía, pero además necesita un equilibrio político para estabilizar al paciente”, graficó el analista y profesor universitario Gonzalo Chávez.
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