El alcalde de San Antonio, fue el orador principal de la Convención; políticamente se le ha bautizado como el “Obama hispano”.
El alcalde la ciudad de San Antonio, Texas, Julián Castro, se convirtió este martes en el primer hispano en pronunciar el discurso principal en la noche inaugural de una convención demócrata.
Con un elocuente discurso, Castro resaltó sus orígenes como hijo de una familia de inmigrantes. “La nuestra es una nación como ninguna otra donde un gran viaje puede hacerse en una sola generación…no importa quién uno es o de dónde haya venido, el camino es siempre adelante”, dijo.
Tras señalar que las teorías de los republicanos han sido “probadas” y “han fallado”, el joven alcalde dijo que hace cuatro años el país estuvo al borde de una depresión, y a pesar de la oposición de los republicanos “nuestro presidente actuó” y el país pudo recuperar “4,5 millones de nuevos empleos”.
Nuestra economía falló y “la clase media pagó el precio”, dijo. Las familias de ustedes pagaron el precio, precisó, pero “Mitt Romney no lo entiende”.
El joven líder demócrata apuntó que el presidente Barack Obama sabe mejor que nadie que el trabajo por delante es duro, “pero estamos progresando”, dijo, y ahora es necesario elegir.
Lo que los candidatos republicanos Miit Romney y Paul Ryan no entiende, dijo, es que hay que invertir en las oportunidades hoy para lograr la prosperidad mañana.
Se trata de una selección, explicó, en la que lo que está en juego es “un país donde la clase media pague más para que los millonarios paguen menos”. Nuestra elección -- recalcó-- es clara: Barack Obama.
Analogía histórica
Hace ocho años la responsabilidad desempeñada ahora por Julián Castro la tuvo Barack Obama, entonces un joven senador de Illinois prácticamente anónimo que cautivó al público con su mensaje de esperanza y despertó un sentimiento de cambio.
Castro, hijo de una defensora de los derechos de los inmigrantes de origen mexicano, había anticipado que en la Convención hablaría "sobre Estados Unidos como una tierra de oportunidades”, valiéndose de su propia historia familiar como ejemplo del sueño americano.
Su ascendente carrera política como alcalde de una de las siete ciudades más grandes de Estados Unidos –en el 2011 ganó la alcaldía con un aplastante apoyo del 82 por ciento— y los paralelismos de su vida con la del presidente lo han llevado a ser bautizado como el "Obama latino".
Los votantes respaldaron su gestión en el 2011, cuando se impuso en los comicios a la alcaldía con un aplastante apoyo del 82 por ciento.
A sus 37 años, Castro luce tan joven e inocente que en su primer encuentro con Obama en la Casa Blanca, el presidente bromeó con él diciendo que le había confundido con un "becario".
"Soy el alcalde de San Antonio (Texas)", respondió Castro. "Ya sé quién eres, estaba bromeando contigo", dijo Obama.
Al igual que Obama, Julián Castro es hijo de una madre soltera, Rosie Castro, quien con un sueldo de 19.000 dólares anuales logró que sus dos hijos gemelos estudiaran en las universidades de Stanford y Harvard, dos de las mejores del país.
Precisamente su hermano Joaquín, candidato a Representante para este año, fue el encargado de presentarlo ante la Convención.
Con un elocuente discurso, Castro resaltó sus orígenes como hijo de una familia de inmigrantes. “La nuestra es una nación como ninguna otra donde un gran viaje puede hacerse en una sola generación…no importa quién uno es o de dónde haya venido, el camino es siempre adelante”, dijo.
Tras señalar que las teorías de los republicanos han sido “probadas” y “han fallado”, el joven alcalde dijo que hace cuatro años el país estuvo al borde de una depresión, y a pesar de la oposición de los republicanos “nuestro presidente actuó” y el país pudo recuperar “4,5 millones de nuevos empleos”.
Nuestra economía falló y “la clase media pagó el precio”, dijo. Las familias de ustedes pagaron el precio, precisó, pero “Mitt Romney no lo entiende”.
El joven líder demócrata apuntó que el presidente Barack Obama sabe mejor que nadie que el trabajo por delante es duro, “pero estamos progresando”, dijo, y ahora es necesario elegir.
Lo que los candidatos republicanos Miit Romney y Paul Ryan no entiende, dijo, es que hay que invertir en las oportunidades hoy para lograr la prosperidad mañana.
Se trata de una selección, explicó, en la que lo que está en juego es “un país donde la clase media pague más para que los millonarios paguen menos”. Nuestra elección -- recalcó-- es clara: Barack Obama.
Analogía histórica
Hace ocho años la responsabilidad desempeñada ahora por Julián Castro la tuvo Barack Obama, entonces un joven senador de Illinois prácticamente anónimo que cautivó al público con su mensaje de esperanza y despertó un sentimiento de cambio.
Castro, hijo de una defensora de los derechos de los inmigrantes de origen mexicano, había anticipado que en la Convención hablaría "sobre Estados Unidos como una tierra de oportunidades”, valiéndose de su propia historia familiar como ejemplo del sueño americano.
Su ascendente carrera política como alcalde de una de las siete ciudades más grandes de Estados Unidos –en el 2011 ganó la alcaldía con un aplastante apoyo del 82 por ciento— y los paralelismos de su vida con la del presidente lo han llevado a ser bautizado como el "Obama latino".
Los votantes respaldaron su gestión en el 2011, cuando se impuso en los comicios a la alcaldía con un aplastante apoyo del 82 por ciento.
A sus 37 años, Castro luce tan joven e inocente que en su primer encuentro con Obama en la Casa Blanca, el presidente bromeó con él diciendo que le había confundido con un "becario".
"Soy el alcalde de San Antonio (Texas)", respondió Castro. "Ya sé quién eres, estaba bromeando contigo", dijo Obama.
Al igual que Obama, Julián Castro es hijo de una madre soltera, Rosie Castro, quien con un sueldo de 19.000 dólares anuales logró que sus dos hijos gemelos estudiaran en las universidades de Stanford y Harvard, dos de las mejores del país.
Precisamente su hermano Joaquín, candidato a Representante para este año, fue el encargado de presentarlo ante la Convención.