“Todos quisieran algún tipo de conspiración en la cúpula: que alguno de los asociados u oligarcas cercanos a Putin lo maten”, dice el popular bloguero y viejo crítico del Kremlin Dimitri Chernyshev. “Pero a mí me parece que esa no será la solución”.
En su lugar, Chernyshev, un escritor y conferencista de 55 años, está llamando a los rusos a unirse a un movimiento nacional de resistencia que está creando y alentando a una amplia desobediencia civil más allá de las protestas en las calle: resistencia armada y sabotajes para derrocar al líder ruso.
Eso lo diferencia de otros críticos del Kremlin y figuras de la oposición que buscan nuevos caminos para seguir desafiando a Putin.
Esta semana, un grupo de veteranos activistas políticos y defensores de los derechos humanos rusos acordaron formar un consejo antibélico y concentrar sus esfuerzos en oponerse a la invasión de Ucrania.
Entre ellos están preparando una carta abierta para demandar el fin de la guerra en Ucrania, en la que declararán como “deber común” detener “la guerra y proteger las vidas, los derechos y las libertades de todas las personas, tanto rusas como ucranianas”.
El manifiesto, de próxima publicación, será firmado por una docena de luminarias de la oposición, como Lev Ponomariov, Oleg Orlov y Svetlana Gannushkina. Alexei Navalny, el opositor encarcelado que fue sentenciado a nueve años adicionales de prisión esta semana, también ha llamado a los rusos a protestar contra la guerra.
Sin embargo, en conversación con la Voz de América, Chernyshev, quien huyó a Israel después de que su familia fue amenazada por las autoridades y está tratando de establecer desde Tel Aviv un movimiento para derrocar a Putin, dice que se necesita hacer más y que su estrategia es más amplia.
En su opinión, en nada ayudaría a Rusia que haya “una simple transferencia de poderes de una persona a otra”.
Rusia cambiaría poco si Putin fuera reemplazado con alguien como Víctor Zolotov, el jefe de la Guardia Nacional de Rusia, o Serguei Shoigu, el ministro de Defensa. “Me parece que las fuerzas de seguridad han cometido tantos crímenes que no soltarán el poder por medios pacíficos”, afirmó.
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Los disidentes y activistas de Rusia dicen que ahora viven su período más oscuro desde la caída del comunismo. Decenas de miles de rusos han salido del país desde la invasión a Ucrania del 24 de febrero por temores de terminar en la cárcel.
Esto ha debilitado más a la oposición y dificulta una posible revuelta masiva, dicen algunos activistas, y ha sido comparado con la partida del Ejército Blanco de Crimea en 1920, cuando 165.000 personas huyeron de Rusia en tres días. Se calcula que el éxodo actual es de alrededor de 200.000.
El Ejército Blanco y sus partidarios huyeron porque habían sido derrotados por los bolcheviques, pero aunque ahora no ha habido enfrentamientos armados, la sensación general es de derrota.
“La oposición ha sido aplastada, obligada al exilio o a la clandestinidad”, dijo Ben Noble, un profesor de política rusa en el University College de Londres.
Las tuercas se han apretado para los pacifistas y los críticos del Kremlin, que enfrentan una continua represión en forma de golpizas de la policía, intimidación, expulsión de sus trabajos y otras amenazas.
Unos 150 periodistas han huido de Rusia, y uno de los últimos medios de noticias independiente, Novaya Gazeta, anunció esta semana que cerraba sus operaciones hasta el fin de la guerra en Ucrania, después de recibir una segunda advertencia de los censores estatales.
Los activistas políticos esperan que la búsqueda de enemigos internos para culparlos de los problemas causados en el país por las sanciones económicas empeorará su situación. Putin ha llamado al país a purificarse de traidores y quintacolumnistas.
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En estas circunstancias, Chernyshev dice que no hay otra opción que fomentar un levantamiento. En una reciente publicación en Facebook, insertó un manifiesto para la resistencia nacional, en que llamó a una rebelión. “El Movimiento de Resistencia está anunciando preparativos para derrocar al régimen criminal de Putin”, rezaba el texto.
“Usaremos todos los métodos, incluyendo el derecho del pueblo a rebelarse. Es un derecho inalienable de los ciudadanos proteger sus libertades y derechos de los usurpadores por todos los medios, entre ellos la lucha armada. Hemos agotado todos los medios pacíficos: organizamos protestas, que fueron dispersadas. Publicamos reportes honestos de prensa: fueron prohibidos. Dirigimos una lucha política abierta: los opositores fueron asesinados, enviados a prisión, exiliados y víctimas de envenenamiento”, dijo el texto.
Uno de los modelos de Chernyshev es Charles de Gaulle, el líder francés en la Segunda Guerra Mundial. “Estoy muy inspirado por el ejemplo de De Gaulle, quien no tenía nada, ni ejército ni soldados”.
“Cuando Francia fue derrotada por Alemania en 1940, De Gaulle comandó un ejército que dejó de existir. Pero esos ejércitos surgieron cuando parecía que todo se había perdido. Gradualmente, un movimiento de resistencia comenzó a formarse”, dijo Chernyshev.
En su mira están jueces y funcionarios de seguridad que afianzan el control de Putin, en un esfuerzo para desmoralizarlos y hacerlos sentirse vulnerables.
“Una cosa es cuando están seguros y ocultos y nadie sabe quiénes son, y otra cuando sus nombres y direcciones salen a la publicidad”. Chernyshev no entra en detalles sobre lo que espera que suceda a estos funcionarios, pero menciona “sabotaje”.
Chernyshev ha sido un activo crítico del Kremlin por muchos años. Trabajó en muchas cosas al terminar su servicio militar obligatorio, como guardia de seguridad, chofer y guía de caza, y luego estudió diseño gráfico y se convirtió en director de una agencia de publicidad. Después de la anexión de Crimea, su blog pasó a ser uno de los más leídos en Rusia.
“Antes de las elecciones de 2014, declaré una vendetta personal contra Putin”, dijo. Asistió a actos pro Navalny y en una ocasión fue detenido por 15 días.
“Cuando comenzó la invasión escribí muy duro contra la guerra”, dice. Lo arrestaron y fue llevado a la Lubianka, la sede del servicio de inteligencia interna FSB, donde afirma que lo interrogaron “muy fuertemente por tres horas”.
“Querían que firmara un documento de lealtad a Putin y otras cosas sin sentido. Claro que no lo firmé, pero para ganar tiempo para sacar a mis hijos de Rusia prometí detener mis actividades en internet. Tengo cuatro hijos y las amenazas eran seria. Prometieron enviarme en un tren de carga a Donetsk y atarme a un poste como saqueador para que la gente lidiara conmigo”.
Si no hubiera sido por sus hijos se habría quedado en Rusia, dijo, pero vendió todas sus cosas y se marchó a Israel con su familia el 15 de marzo.
Otros activistas políticos consideran que las circunstancias no son propicias para la resistencia nacional que Chernyshev quiere fomentar. Dicen que Putin se ha preparado por años contra cualquier revolución que surja. Otros señalan que el líder ruso tiene apoyo por la invasión a Ucrania.
Chernyshev descarta las críticas. “Todos los que han conducido una encuesta saben que 9 de cada 10 personas entrevistadas en las calles se niegan a responder. La gente recibe llamadas por sus teléfonos, tienen miedo a responder y dicen, claro, que apoyan al gobierno. Estoy seguro de que el apoyo a Putin es muy bajo. Yo los exhorto a no creer en lo resultados de las encuestas”.
También cree que habrá protestas por la falta de alimentos cuando la economía empeore por las sanciones occidentales.
“Puedo estar equivocado, pero no hacer nada en esta situación me parece traicionero”, agregó.
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