El ciclo electoral para escoger al próximo presidente de Estados Unidos entrará pronto en la etapa de debates, en la cual los candidatos buscan presentar sus ideas y propuestas al público votante con el objetivo de hacerse con la candidatura de sus respectivos partidos. De este ejercicio, sin embargo, no participará el actual presidente Joe Biden.
La ausencia del mandatario, que en cualquier caso busca la reelección, es común en la historia estadounidense. Ningún presidente en funciones ha participado de un debate en primarias desde que el primer evento fue televisado en 1956.
“El presidente en funciones, por lo general, está muy por delante de sus principales rivales y no quiere darles la oportunidad de ponerse a la altura de un presidente en funciones”, dijo a la Voz de América Stephen Fanrsworth, profesor de ciencias políticas y asuntos internacionales en la Universidad de Mary Washington.
También lea Glosario del proceso electoral en Estados UnidosEsta es la razón, según Farnsworth, por la que es muy inusual que un presidente en ejercicio esté dispuesto a hablar con un rival de su propio partido en el escenario del debate.
Por otro lado, el no realizar debates también es una señal de unidad interna del partido, según explicó a la VOA Meena Bose, decana de programas de políticas públicas y directora de estudios presidenciales en la Universidad de Hofstra en Nueva York.
“Los candidatos que podrían ser competitivos para la carrera [presidencial] no competirán contra un presidente en ejercicio, porque las divisiones internas del partido casi siempre conducirán a la derrota”, concluyó Bose.
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Otros aspirantes demócratas
El político Robert Kennedy Jr. y la autora Marianne Williamson son, por ahora, los dos únicos candidatos que buscan retar la nominación de Biden en las primarias, sin embargo, el Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) determinó que no organizaría debates pues respaldará la reelección del actual presidente.
Ambos candidatos han criticado duramente la decisión, pese a no ser inusual, asegurando que no se debe considerar a Biden como el candidato único.
“El DNC no planea debates primarios. Como si simplemente no hubiera otros candidatos... no hay otras ideas que debamos discutir sobre formas de ganar en 2024, u otras ideas que debamos discutir sobre formas de reparar el país. Demasiadas personas son demasiado inteligentes para aceptar esto”, escribió Williamson en abril.
Bose abundó en que, para un presidente en funciones, participar de un debate sería “realmente una señal de debilidad” pues desde la perspectiva de su posición, “no es un buen uso del tiempo del presidente… ese es el beneficio de la incumbencia. Obviamente, para los rivales, es una situación frustrante pero es la naturaleza de las nominaciones presidenciales”.
Farnsworth consideró que, pese a las críticas, la presión de ambos candidatos demócratas no tendrá suficiente fuerza como para abrir la puerta a un debate.
“Obviamente cualquiera que se postule contra Joe Biden en el lado demócrata querría tener un debate, pero no lo van a obtener porque no sirve a sus propósitos hacer eso”, agregó.
También lea Cómo influyen la autenticidad y el carisma en las elecciones presidenciales de EEUUUna encuesta realizada en junio por USA Today y la Universidad de Suffolk encontró que ocho de cada 10 votantes de las primarias demócratas quisieran ver debates del partido durante la campaña de 2024. Incluyendo un 72 % de personas que apoyan al presidente Biden.
Además, esta revela que entre los encuestados, el 58 % apoya la candidatura de Biden, mientras que un 15 % apoya a Kennedy y un 6 % a Williamson. Un 21 % se mantiene indeciso.
Una práctica que se extiende entre partidos
En 2020, el Comité Nacional Republicano (RNC) tampoco organizó debates para las elecciones primarias entre el entonces presidente Donald Trump y sus contendientes, el congresista Joe Walsch y el exgobernador de Massachusetts Bill Weld.
Así mismo, no hubo debates organizados por los republicanos en el 2004 de cara a la reelección de George W. Bush, ni para las elecciones en las que participó el presidente en funciones Ronald Reagan en 1984.
En el caso de los Demócratas, el presidente Barack Obama no participó de debates de primarias en el 2012, cuando buscaba la reelección, lo que tampoco hizo Bill Clinton en 1996.
En los debates, entonces, existen reglas escritas y otras que son “producto de tradiciones y experiencias pasadas”, apuntó Yadira Sánchez, directora de Poder Latinx, una organización que busca la participación electoral de latinos en EEUU.
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“Cuando un presidente en ejercicio decide postularse de nuevo al cargo es porque cuenta con un respaldo mayoritario de su partido, y por esa razón no hemos visto debates del partido en la Casa Blanca durante primarias en las últimas décadas”, agregó Sánchez.
El primer debate republicano ocurrirá el 23 de agosto en Milwaukee, Wisconsin, para el que el expresidente Trump y otros siete contrincantes ya han cualificado. Entre ellos, Ron DeSantis, Vivek Ramaswamy, Nikki Haley, Tim Scott, Chris Christie, Doug Burgum y el exvicepresidente Mike Pence.
En el caso del exmandatario, se negó a firmar la promesa de apoyo a quien sea que se proclame como el nominado republicano en caso de que pierda las primarias presidenciales del partido, que es uno de los requisitos para participar en el primer debate.
Las elecciones generales son “otro juego”
La excepción de no participar en debates de primarias cambia con las elecciones generales, cuando únicamente se enfrentan los candidatos elegidos por cada partido. En ese momento es común que el presidente en funciones participe en los debates.
“Sería inusual que cualquiera de los candidatos de los principales partidos se negara a participar en los debates de las elecciones generales”, dijo Bose.
En 2020, Trump debatió al ahora presidente Biden; y en 2012, el presidente en funciones Obama debatió con el entonces gobernador de Massachusetts, Mitt Romney.
“Las elecciones generales son muy diferentes. La expectativa es que ambos candidatos, incluso si uno de ellos es presidente, participen en estos debates”, dijo Fanrsworth. “Los debates son realmente importantes, menos en el caso de un presidente en ejercicio, porque la gente ya tiene una idea bastante clara de lo que cree el presidente y lo que quiere hacer”.
También lea Certificación de resultados electorales presidenciales en EEUU arranca con calmaLos debates para el partido que no esté en la presidencia, en este caso el Republicano, sería “realmente importante” para los candidatos y la audiencia, según el experto en política estadounidense.
“En una elección general, por supuesto, donde tienes una D o una R después de tu nombre, la gente tiene una idea bastante clara -la mayoría al menos-, sobre a qué candidato van a apoyar. Pero si todos los candidatos son republicanos, y ese es el caso de las primarias, entonces tienes que averiguar qué tipo de republicano eres y qué lado del partido te atrae más”, apuntó.
Para la directora de Poder Latinx, los debates tienen especial importancia para quienes votarán por primera vez en el 2024 y para los votantes hispanos, pues “es muy importante conocer las posiciones de cada uno de los candidatos en temas claves como inmigración, justicia económica y medio ambiente”.
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