Desde hace varios años, Florida se ha conocido como el estado preferido para las personas de la tercera edad. Después de trabajar toda la vida, muchos retirados siguen poniendo rumbo a esta zona de Estados Unidos para disfrutar del sol y el buen clima que hay durante todo el año.
Florida tampoco ha escapado de la crisis del coronavirus. Y la gran presencia de población de más de 65 años ha provocado que se tomaran medidas extraordinarias para frenar el contagio. También para evitar que el estado se convirtiera en un foco de infección, como lo ha sido Nueva York.
Así que el uso de mascarillas, guantes y desinfectantes de manos se ha convertido en una rutina y todo indica que han venido para quedarse.
Rodolfo Izaguirre es un retirado que vive en una residencia de Miami Beach junto a otros abuelos. Asegura a la Voz de América que él y sus compañeros están “bastante bien” y que están tomando todas las precauciones posibles “ante este virus tan mortífero”.
“Aquí en este edificio aún no hay enfermos, y lo único es que no tenemos orientación. No nos vienen a ver, nadie habla con nosotros”, lamenta el hombre al tiempo que confiesa tener “miedo” por si se confirma algún caso de coronavirus en la comunidad donde vive.
“Un hombre murió el otro día y aún estamos esperando a que nos digan si murió del virus o de otra cosa”, relata.
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Más medidas en las residencias
La pandemia de la COVID-19 también ha puesto la lupa en este segmento de la población, especialmente en aquellos que están en una situación más vulnerable.
El gobernador Ron DeSantis ya avisó que una comisión especial iba a trabajar con expertos de este sector para determinar nuevos protocolos de cuidado a las personas de la tercera edad con el objetivo de preservar su bienestar, sobretodo en crisis sanitarias como la que se está viviendo hoy en día.
En Florida, el 20.5% de la población es anciana.
Las autoridades del sur de la Florida, como en otras partes de Estados Unidos, están diseñando planes específicos para combatir el virus en lugares donde se concentra una mayor población de la tercera edad.
Pero Florida es uno de los estados de la nación con más abuelos: el 20.5 por ciento tiene más de 65 años, según datos facilitados por funcionarios estatales.
Izaguirre está satisfecho con la respuesta del gobierno porque los empleados públicos les están “abasteciendo de comida” para evitar que tengan que salir al supermercado a comprar víveres durante esta pandemia.
El alcalde de la ciudad de Miami, Francis Suárez, señaló a la VOA que desde su ayuntamiento se está trabajando en un plan para que haya más entregas a domicilio de comida a personas mayores, de manera que se evite el contacto físico y la posibilidad de contagio.
La pandemia después de los 80
Juan Carlos Martínez, otro cubano de 84 años que vive en un centro asistido para personas mayores en Miami Beach, tiene la esperanza de que el confinamiento vaya para largo porque, según cree, “eso evitará enfermedades”.
Él es el primero que está cumpliendo esta cuarentena a rajatabla. Se pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación viendo la televisión o leyendo la prensa del día. Solo aprovecha algunos ratos para salir al patio y “fumarse un cigarro”, un vicio que no puede dejar de lado ni siquiera durante esta crisis sanitaria.
“Por supuesto que me estoy cuidando. Ahora cuando suba me lavaré las manos o me pondré alcohol antes de ver televisión”, subraya con una mascarilla N95 “que tenía guardada de hace años”.
Las visitas a las residencias están prohibidas
El gobernador DeSantis, en su orden de emergencia prohibió las visitas a los centros de ancianos para evitar la propagación del coronavirus. Esas medidas, sin embargo, no han evitado que se registren brotes de la COVID-19.
Por ejemplo, esta semana, varios medios de comunicación locales señalaban que una residencia para personas de la tercera edad había contabilizado más de 100 casos positivos de personas mayores de 65 años.
“Todavía no se ha resuelto una vacuna y parece que no hablan mucho de eso. Unos dicen que en julio sacarán alguna cosa, otros dicen que el año que viene, otros que se demorará dos años”, lamentaba Izaguirre que admitía estar confundido por su seguridad y por lo que pueda pasar en su futuro, especialmente porque es consciente de que él pertenece a un grupo de riesgo catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero no se resignan porque “hay que seguir adelante”. Confían en que las autoridades sanitarias descubran pronto el fármaco para combatir este mortal virus. Al menos, eso les permitiría salir a pasear por la calle y contemplar el sol de Florida, el motivo por el que se desplazaron aquí para disfrutar de su retiro.