La Declaración Universal de Derechos Humanos consagra como esencial la libertad de expresión pero para algunos gobiernos latinoamericanos eso no cuenta.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa se conmemora este sábado bajo el estigma de que en muchos países la libertad de expresión es tenida por un delito y los periodistas son acosados, intimidados, asesinados o encarcelados por ejercer libremente su profesión.
A propósito de la fecha, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon difundió una declaración en la que recuerda que “solo puede haber buen gobierno cuando los periodistas tienen libertad para examinar, escrutar y criticar”.
En su mensaje, Ki-moon puso énfasis en advertir que la libertad de prensa sigue siendo “extremadamente frágil” en muchas partes del mundo donde los medios son objeto de “graves amenazas”— con frecuencia consumadas—, lo que calificó de “abuso indignante”.
La fecha se conmemora desde 1993, cuando a iniciativa de la UNESCO la Asamblea General de la ONU quiso resaltar de manera oficial que la prensa independiente, plural y libre es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática.
Desde entonces, se cita de referencia el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que consagra como esencial la libertad de expresión para “la emancipación de las personas y la construcción de sociedades libres y democráticas”.
En base al último informe de la organización no gubernamental Freedom House, Santa Lucía es el país en nuestro hemisferio con mayor libertad de prensa, y el de menos Cuba, donde el Gobierno controla todos los medios y los periodistas y blogueros son perseguidos y encarcelados.
Otro caso típico de censura es Venezuela, donde la cadena Globovisión—crítica del Gobierno— fue adquirida por un grupo afín al oficialismo; se niega a los diarios acceso al papel de impresión; se cerró el canal de noticias NTN24, y los periodistas han sido brutalmente reprimidos por cubrir protestas antigubernamentales.
En Ecuador, se menciona un mayor deterioro de la libertad de prensa el año pasado luego de haberse aprobado una nueva ley de comunicaciones que establece controles excesivos en el contenido de los medios y amordaza a los periodistas en el ejercicio de su profesión.
Organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros sin Fronteras han denunciado repetidamente que algunos gobiernos han creado medios propios o adeptos, como son los casos de Argentina, Ecuador, Nicaragua y Venezuela para impedir el libre flujo de la información.
Además han puesto de relieve que los periodistas siguen pagando con su vida la violencia desatada por los carteles de la droga en México, donde desde el año 2000 casi 90 han sido asesinados.
En adición a México y Venezuela, el año pasado también se reportaron episodios de violencia contra periodistas y medios de difusión en Brasil, Colombia, Honduras, Guatemala y Haití.
A propósito de la fecha, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon difundió una declaración en la que recuerda que “solo puede haber buen gobierno cuando los periodistas tienen libertad para examinar, escrutar y criticar”.
En su mensaje, Ki-moon puso énfasis en advertir que la libertad de prensa sigue siendo “extremadamente frágil” en muchas partes del mundo donde los medios son objeto de “graves amenazas”— con frecuencia consumadas—, lo que calificó de “abuso indignante”.
La fecha se conmemora desde 1993, cuando a iniciativa de la UNESCO la Asamblea General de la ONU quiso resaltar de manera oficial que la prensa independiente, plural y libre es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática.
Desde entonces, se cita de referencia el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que consagra como esencial la libertad de expresión para “la emancipación de las personas y la construcción de sociedades libres y democráticas”.
En base al último informe de la organización no gubernamental Freedom House, Santa Lucía es el país en nuestro hemisferio con mayor libertad de prensa, y el de menos Cuba, donde el Gobierno controla todos los medios y los periodistas y blogueros son perseguidos y encarcelados.
Otro caso típico de censura es Venezuela, donde la cadena Globovisión—crítica del Gobierno— fue adquirida por un grupo afín al oficialismo; se niega a los diarios acceso al papel de impresión; se cerró el canal de noticias NTN24, y los periodistas han sido brutalmente reprimidos por cubrir protestas antigubernamentales.
En Ecuador, se menciona un mayor deterioro de la libertad de prensa el año pasado luego de haberse aprobado una nueva ley de comunicaciones que establece controles excesivos en el contenido de los medios y amordaza a los periodistas en el ejercicio de su profesión.
Organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros sin Fronteras han denunciado repetidamente que algunos gobiernos han creado medios propios o adeptos, como son los casos de Argentina, Ecuador, Nicaragua y Venezuela para impedir el libre flujo de la información.
Además han puesto de relieve que los periodistas siguen pagando con su vida la violencia desatada por los carteles de la droga en México, donde desde el año 2000 casi 90 han sido asesinados.
En adición a México y Venezuela, el año pasado también se reportaron episodios de violencia contra periodistas y medios de difusión en Brasil, Colombia, Honduras, Guatemala y Haití.