Kurdos e iraquíes retoman represa de Mosul

Un combatiente peshmerga kurdo prepara un cañón en una trinchera cerca de la presa de Mosul, retomada por los kurdos.

La presa de Mosul es considerada un punto clave y estratégico porque provee de energía e irrigación a la mayor parte del norte de Irak, zona del conflicto.

Un portavoz del ejército iraquí aseguró que tropas kurdas y fuerzas antiterroristas iraquíes han retomado el control de una represa clave que estaba en manos de los yihadistas del Estado de Islam.

Los militares dijeron el lunes que sus fuerzas han expulsado a los militantes de la presa de Mosul, la cual provee de energía e irrigación a la mayor parte del norte de Irak.

No hubo confirmación independiente inmediata, pero el portavoz dijo que la operación se realizó con la ayuda de la aviación, aunque no dio detalles adicionales.

Estados Unidos dijo el domingo que había realizado bombardeos contra militantes del Estado Islámico cerca de la presa, como parte de su misión de proteger infraestructura y personal de Estados Unidos.

Amenaza terrorista mundial

Por su parte, el presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, advirtió el domingo en un programa de televisión sobre el peligro que representa el grupo militante.

“El Estado de Islam es ahora una organización terrorista con un ejército. Eso es lo que lo hace tan peligroso, tanques, helicópteros, artillería pesada, dinero. Todo esto representa una situación muy peligrosa”, dijo Rogers.

De igual manera, el analista Rick Brennan, de la corporación RAND, subrayó el peligro que representan los militantes del Estado Islámico para la región y para el mundo, a menos que se les detenga ya.

“Ha habido estimados de al menos 1.000 personas afiliadas al Estado Islámico, que tienen pasaportes de Estados Unidos, Canadá, Australia o de países aliados del occidente Europeo”.

Brennan advierte que dejarles tener un sitio seguro en Irak y Siria solo invitará la clase de ataques que hizo al-Qaeda en Occidente hace una década. Rogers asegura que el mundo encara un peligro terrorista aún mayor que el de antes del 11 de septiembre.