México respalda liberación de narcotraficante para evitar matanza en Culiacán

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, defiende acciones de sus fuerzas de seguridad en una conferencia de prensa el 18 de octubre de 2019. (Foto de la Oficina de Prensa de la Presidencia de México via AP).

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defendió este viernes la decisión de las fuerzas de seguridad de dejar en libertad al capturado hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuando se desató una ofensiva campal en la ciudad de Culiacán con armas de grueso calibre y autos incendiados.

Por horas, Culiacán, capital del estado de Sinaloa, fue escenario de intensos tiroteos y bloqueos de calles tras la localización de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de “El Chapo”, quien está preso en Estados Unidos cumpliendo una condena de cadena perpetua.

“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”, dijo López Obrador en una rueda de prensa celebrada en Oaxaca.

El jueves el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo, dijo que 30 elementos de la Guardia Nacional y del ejército fueron agredidos desde una vivienda durante un patrullaje y que los militares repelieron la agresión y tomaron control del domicilio, donde encontraron en su interior a cuatro personas, una de ellas Ovidio Guzmán.

Inmediatamente después, el sonido de las balas interrumpió la paz en Culiacán. Comandos equipados con armas de alto poder tomaron las calles con el objetivo de liberar a Guzmán, y luego de dos horas de intercambio de fuego con las fuerzas de seguridad, las autoridades decidieron liberar al presunto narcotraficante.

Un autobús incendiado por pistoleros del cártel para bloquear una carretera, estado de Sinaloa, México, 17 de octubre de 2019. REUTERS

El viernes, el presidente dijo que fue un operativo para ejecutar una orden de aprehensión.

“Se trató de un operativo que realizó el Ejército, a partir de una orden de aprehensión de un presunto delincuente, pero como ya lo expliqué, hubo una reacción muy violenta y se ponía en riesgo la vida de mucha gente”, explicó López Obrador.

“Tomaron decisiones que yo avalo, que yo respaldo, porque se tornó muy difícil la situación y estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos y se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso, porque no se trata de masacres”, añadió el presidente mexicano.

Agentes federales de seguridad informaron este viernes en una conferencia de prensa que ocho personas murieron en los enfrentamientos en Culiacán: un civil, un efectivo de la Guardia Nacional, un preso y cinco agresores.

El jueves por la noche, el secretario estatal de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda, dijo ningún miembro de las fuerzas de seguridad pereció en la refriega, que hubo 21 heridos y que 27 presos se fugaron de un penal.

Guzmán López no es uno de los hijos más conocidos de “El Chapo”, pero las autoridades estadounidenses lo buscan por cargos de distribución de cocaína, metanfetaminas y marihuana de México a ese país desde 2008 a 2018 junto a su hermano Joaquín Guzmán López.

Con la tercera y última detención de “El Chapo” en 2016 se desató una lucha por el control del grupo que fue desactivada con el encarcelamiento de Dámaso López Núñez y su hijo, Dámaso López Serrano. El primero fue capturado por México y el segundo se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses.

Los expertos coinciden en que las riendas del cártel, que sigue operando a pesar del encarcelamiento de su líder, están en manos de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador de la organización criminal hace tres décadas, y de dos de los hijos de El Chapo, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán.

A este último, Estados Unidos lo acusa de tráfico de drogas en Chicago y fue secuestrado por el Cártel Jalisco Nueva Generación en 2016 en lo que los expertos consideraron un intento de esta organización por entrar en Sinaloa.