El 11 de diciembre de 2020, Pfizer se convirtió en la primera empresa de todo el planeta en elaborar una vacuna contra el coronavirus, lo que ayudó a reducir drásticamente el impacto negativo de la pandemia.
Ese hito situó a la compañía a la cabeza de los laboratorios que iban a la carrera por conseguir un fármaco que fuera capaz de aplacar los efectos adversos del virus, aunque eso también puso de manifiesto la necesidad de impulsar nuevas políticas sanitarias para prevenir futuras pandemias.
“Tenemos que aprender a aplicar las lecciones que este momento nos ha dejado. La mayor lección es que la salud es fundamental para la economía y la segunda es que cuando enfrentamos desafíos como el que hemos enfrentado, solamente trabajando juntos se pueden superar”, dijo Carlos Murillo, presidente de Pfizer para América Latina, en una entrevista reciente con la Voz de América.
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Mejora de los procesos regulatorios
Sin embargo, en opinión e Murillo, muchos países de la región sur de latinoamérica vieron ralentizada la distribución de las vacunas debido a los complicados procesos regulatorios, a pesar de los esfuerzos que se hicieron al respecto. Es por eso que considera que será necesario abordar esta problemática a nivel regional para tratar de impulsar nuevas políticas regulatorias en ese sentido.
“En Latinoamérica eso es fundamental y ya la pandemia nos mostró que en un momento de urgencia, cuando se necesita, las autoridades regulatorias crearon mecanismos para acelerar los procesos, pero la realidad es que en el día a día no es así”, explicó Murillo.
El mayor problema es que “hay diferentes estándares” de acuerdo con cada país, por lo que la falta de una regulación común dificulta este tipo de procesos.
“Enfrentamos diferentes estándares en procesos que, pocas veces, son claros o transparentes y están generando un retraso muy grande en la aprobación de nuevas tecnologías de salud, y eso impacta directamente en que las personas puedan acceder a tratamientos”, decía, advirtiendo que en muchas veces “esa diferencia está entre la vida y la muerte”.
El auge de la telemedicina
Por otro lado, el principal directivo de Pfizer en América Latina aseguró que las nuevas tecnologías también han demostrado ser eficientes para acelerar la telemedicina en muchos ámbitos de nuestra sociedad.
“La telemedicina fue un gran ejemplo de cómo un mundo puede cambiar y mejorar gracias al uso de la tecnología”, expresó, al tiempo que lamentaba que “aún se necesita claridad de normas regulatorias para que se aplique en todos los países”.
“En América Latina empezamos tarde, pero ya hemos superado a países desarrollados”
Con todo, celebró que en América Latina ha habido una gran aceptación entre la población para ponerse la vacuna contra el coronavirus, lo que ha ayudado también a reducir las tasas de infecciones.
“Aunque la vacuna llegó mucho después a América Latina, lo que es muy interesante es que se avanzó mucho mejor que en los países desarrollados, porque, por ejemplo, las tasas de vacunación que tenemos en esta región son más altas de las que hay en Estados Unidos e incluso en Europa”, dijo.
Según él, la “desconfianza”, la “desinformación” y la “politización” en torno a la vacuna no ha ayudado en absoluto a que una parte de la sociedad creyera en los efectos positivos del fármaco.
“Sin conocer a fondo la situación de Estados Unidos, la desconfianza a la vacuna fue una parte del problema (para que la gente no se inoculara), pero también es que el tema se volvió político y la gente empezó a tomar de un lado u otro en función de sus posturas políticas. Y ese creo que es uno de los problemas más grandes que podemos tener como sociedad”.
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La importancia de la salud
En todo caso, aseguró, la pandemia también ha ayudado a posicionar a Pfizer como una de las empresas más reconocidas en este sector gracias al gran esfuerzo realizado durante la pandemia para desarrollar una vacuna.
“Hace tres años, cuando yo decía que trabajaba en Pfizer mucha gente no sabía qué es lo que era o lo relacionaba con la Viagra”, bromeaba Murillo sobre el fármaco para la disfunción eréctil que también comercializa este laboratorio.
La posición de fuerza que ahora tiene Pfizer tiene que ser aprovechada, según Murillo, para presionar a los gobiernos a impulsar nuevas políticas sanitarias y promover la inversión en la salud. Todo ello con un objetivo: estar en una mejor posición en caso de una nueva pandemia.
En esa línea, insiste en que esta situación de liderazgo “no has ayudado a difundir no solo el trabajo que hacemos, sino la importancia y la inversión en la salud”.
De hecho, Carlos Murillo celebró que por primera vez se abordaran los desafíos del campo de la salud en la reunión de los principales directivos de grandes empresas de la región, que tuvo lugar la semana pasada en Los Ángeles, California, de forma paralela a la Cumbre de las Américas.
“El hecho de que se esté hablando de salud en esta Cumbre es el claro ejemplo de que se ha puesto el acelerador porque entendemos todos, como sociedad, que no están esas condiciones y mañana vuelve a pasar algo, vamos a tener el mismo tipo de problemas. Es momento para trabajar en las lecciones que hemos aprendido”, recalcó.
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Mirando a América Latina para aumentar la producción
Pfizer lleva varios años desarrollando proyectos de inversión en América Latina para mejorar los desafíos sanitarios en esa zona del continente. “Latinoamérica siempre fue una parte importante para la compañía y hemos tenido presencia en la mayor parte de los países durante los últimos 70 años”, dijo su presidente para la región a la VOA.
En una mejor posición
Pese a eso, la irrupción de la pandemia evidenció los graves problemas que hay a la hora de distribuir las vacunas de una forma rápida y eficaz. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) durante muchos meses ha insistido en la necesidad de abordar esta problemática e incentivar la producción de vacunas localmente y así mejorar los procesos de reparto.
“Afortunadamente, hay más producción de vacunas de las que el mundo necesita. El problema es justamente la infraestructura que tienen muchos países para hacer llegar la vacuna al brazo de las personas”, señaló.
Pese a todo, está convencido que gracias a los avances que ha habido en estos más de dos años de pandemia, el mundo está en una mejor posición en cuanto a políticas sanitarias.
“Creo que algunas de las cosas a las que nos hemos enfrentado es a la falta de capacidad de diálogo, que ahora está aconteciendo. Entonces, creo que hay un avance importante. Algunas de las cosas fundamentales estructurales todavía no han cambiado, pero por lo menos tenemos claridad de cuáles son los que tenemos que trabajar”, concluyó.
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