En un sorpresivo gesto hacia Beijing, el primer mandatario estadounidense dijo que va a ayudar a una compañía de telecomunicaciones china penalizada por Washington hace apenas un mes, porque hay demasiados empleos en juego en el país asiático.
El mes pasado, el Departamento de Comercio prohibió que la ZTE Corporation, un importante abastecedor de redes de telecomunicaciones y celulares basado en el sur de China, importe componentes estadounidenses durante siete años. Estados Unidos acusó a ZTE de engañar a reguladores estadounidenses tras llegar a un arreglo sobre acusaciones de violar sanciones contra Corea del Norte e Irán.
La disputa es previa al arribo de Trump a la Casa Blanca y la sanción fue emitida por el Departamento de Comercio en medio de un empeoramiento de las tensiones comerciales entre los dos países.
El inesperado anuncio de Trump el domingo se produce en momentos en que Washington y Beijing se preparan para conversaciones comerciales adicionales esta semana en esta capital estadounidense. Dadas promesas previas de frenar el flujo de empleos de Estados Unidos a China y lo que él ha llamado prácticas comerciales injustas, la aparente preocupación de Trump por empleos chinos representa un cambio total.
ZTE, una compañía con más de 70.000 empleados que ha abastecido a algunas de las mayores firmas de telecomunicaciones en el mundo, dio a conocer a inicios de mayo que había suspendido sus operaciones principales como resultado de las sanciones estadounidenses.
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