Javier Milei asumió la presidencia en Argentina y en su discurso hizo alusión a la deteriorada economía que recibe, la necesidad de implementar medidas inmediatas y una terapia de shock que le permitirá al gobierno reducir el gasto estatal en un 5 %.
A solo horas de esa alocución, en el país rigen las conjeturas. Algunos negocios decidieron limitar la venta de productos básicos y otros advirtieron de un próximo aumento que irá de la mano con la posible devaluación del peso y el comportamiento de los mercados internacionales.
Aunque en Argentina la moneda oficial es el peso, los precios son influenciados por el valor del dólar del mercado informal, que en el primer día de gobierno de Milei fluctuó entre los 960 y los 1.000 pesos, mientras que el cambio oficial se mantuvo en 365,50.
"Argentina está desordenada, tiene un problema monetario, de emisión monetaria, el cual el presidente Milei cada día de su vida viene relatando y que impacta y va a seguir impactando en los precios mucho tiempo más. La política monetaria tiene rezagos", expresó Manuel Adorni, el nuevo portavoz de la presidencia que, desde la Casa Rosada anunció cambios en la dinámica de comunicación.
También lea Entre esperanzas y sacrificios, argentinos expectantes celebran la nueva era del “león” MileiAdorni advirtió que el martes se conocerán las primeras acciones económicas de mano del ministro de Economía, Luis Caputo.
"Los problemas de Argentina, o el principio de solución a esos problemas, tiene un enfoque económico y la batalla va a estar dada resolviendo problemas muy estructurales que tiene el Estado en términos de política fiscal. Esta lógica de gastar más de lo que se tiene se terminó, el 'no hay plata' no es una frase hecha", manifestó.
El plan de la administración de Milei es a mediano plazo, lograr la estabilidad económica llevará tiempo, entre 18 y 24 meses, y la inflación en el próximo trimestre podría ser hasta del 40 %, advirtió el mismo mandatario.
El vocero presidencial aseguró que, si bien no habrá despidos masivos en las instituciones públicas, si habrá depuración de plazas. Dado que la administración actual redujo el número de ministerios, pasando de 21 a 9 habrá una reorganización de funciones, revisión de presupuestos y contratos.
“No veo ningún tipo de conflicto ni veo que ningún empleado público deba estar preocupado por su puesto de trabajo. La persona que no trabaja, que está ocupando una silla y cobra un sueldo que pagamos todos, incluso el empleado público y la persona que apenas llega a poner un plato de comida sobre la mesa. En eso hay una decisión firme del presidente Milei, que es terminar con ese empleo político, ese empleo militante. Ese empleo va a dejar de existir”, aseveró.
De forma inmediata, los trabajadores estatales tendrán que cumplir con el 100 % de presencialidad en las oficinas de gobierno, ya que desde la pandemia trabajaban con una modalidad mixta que les permitía trabajar dos días a la semana de forma remota.
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