La producción petrolera de Venezuela se recupera, pero sigue lejos de la meta de Maduro

ARCHIVO - El sol se pone detrás de un pozo de petróleo en un campo cerca de El Tigre, Venezuela, en febrero de 2015.

La cuota mensual de crudo de Venezuela superó los 700.000 barriles en agosto, pero sigue muy alejada de la meta de dos millones de barriles que prometió el mandatario hace meses.

La producción de petróleo de Venezuela recuperó en agosto pasado sus niveles de hace dos meses, por encima de los 700.000 barriles al día, pero aún se mantiene distanciada de la cuota prometida por el gobierno de Nicolás Maduro para este año, según un reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El último informe del conglomerado petrolero, que Venezuela cofundó en 1960, precisa que el país suramericano produjo un promedio de 723.000 barriles por día el mes pasado.

La cifra representa un aumento del 14% en comparación con sus niveles de julio, cuando la estatal Petróleos de Venezuela reportó al organismo 629.000 barriles por jornada.

La OPEP también reflejó una leve disminución del bombeo de crudo de la nación presidida por Maduro durante el segundo trimestre del año: entre abril y junio, promedió 745.000 barriles por día, mientras que entre enero y marzo hizo lo propio con 756.000. Ello significa 11.000 barriles menos cada 24 horas, en promedio, entre ambos períodos.

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En los primeros meses del año, el jefe de Estado venezolano insistió en su meta de elevar la producción de crudo de su país hasta los dos millones de barriles. Ese plan significa aumentar en más de 160% la actual cuota de bombeo en el país suramericano.

“Este año vamos a dos millones de barriles diarios llueva, truene o relampaguee. Este año recuperamos la producción petrolera de la mano de la clase obrera”, manifestó en marzo pasado durante un encuentro público con delegados de los sectores productivos.

Ese mes, Maduro se reunió en Caracas con una delegación de alto nivel del gobierno de Estados Unidos para conversar, entre otros asuntos, de la posibilidad de reanudar la cooperación energética entre ambos países a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania.

Fuentes de la Casa Blanca confirmaron a la prensa que no hubo avances en esas discusiones, mientras las negociaciones políticas de Ciudad de México entre el gobierno de Maduro y sus opositores, facilitadas por el Reino de Noruega, permanecían trabadas.

Una meta imposible

El objetivo de dos millones de barriles de crudo por día era “imposible” de alcanzar desde el día uno de la promesa de Maduro en un esquema de sanciones extranjeras y con el deber de competir con la oferta rusa en el mercado de Asia, advierte el economista Luis Oliveros.

Para alcanzarla, Venezuela deberá tener acceso a la empresa Citgo en Estados Unidos, hoy administrada por ejecutivos designados por la oposición política al chavismo, y que se suspendan las sanciones económicas. Esa meta se puede lograr en ese escenario “relativamente rápido, en año y medio o dos años”, opina Oliveros. en declaraciones a la Voz de América.

La producción petrolera de Venezuela recibe una considerable ayuda de Irán desde hace un año, en un marco de sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Hasta mayo pasado, el gobierno iraní había entregado 6,8 millones de barriles de crudo a PDVSA.

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Esos condensados iraníes resultaron clave para mejorar la refinación de gasolina, además, según admitieron sindicalistas de la industria local y economistas especializados en el área.

“Lo que estamos viendo son picos. Cuando llega el condensado iraní, Venezuela aumenta su producción. Cuando no llega ese producto, no sube su producción. Venezuela es ‘iraní dependiente’” en los tiempos corrientes, apunta Oliveros.

La idea de Maduro era escalar progresivamente la producción hasta alcanzar los 3 millones de barriles por día, en promedio, en 2023. Ese es el nivel que el país tenía antes de la ascensión al poder de su mentor político, el expresidente Hugo Chávez Frías, en 1999.

Denuncias de corrupción, despidos de personal calificado tras un paro contra Chávez y una masiva recolección de firmas para solicitar un revocatorio en su contra, mala gestión, estatizaciones de empresas tercerizadas y las sanciones de Estados Unidos minaron la capacidad del Estado venezolano de mantener su producción de crudo, según los expertos.

El barril de crudo WTI se vendía a 86 dólares al mediodía de este martes, mientras el Brent rondaba los 92 dólares por unidad. Los precios de ambos productos rozaron los 120 dólares en marzo y junio, presionados al alza por la guerra en Ucrania, según expertos.

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Maduro ofreció recientemente sus acabados energéticos a Europa y Estados Unidos, asegurando que Venezuela estaba “lista y preparada” para exportar petróleo y gas.

“Yo le digo a Europa, a la Unión Europea, y le digo al presidente Joe Biden de Estados Unidos: Venezuela está aquí, Venezuela siempre estará aquí y está a la orden nuestro petróleo y nuestro gas para estabilizar el mundo y para auxiliarlos en lo que haya que auxiliar al mundo en petróleo y en gas”, indicó en un acto televisado el pasado viernes.

Juan Guaidó, líder opositor reconocido como presidente encargado de Venezuela por 50 gobiernos del mundo, entre ellos el de Estados Unidos, ha asegurado en el pasado que comprarle petróleo a Maduro es igual que “financiar la tortura y el narcotráfico”. También, ha dicho que el petróleo vendido por su némesis política está “manchado de sangre”.

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