Los gobiernos en Europa se están enfrentando a una revuelta de los ancianos relacionada con el coronavirus, quienes no ven con buenos que otros grupos más jóvenes comienzan a ver aliviadas sus cuarentenas lentamente.
Estas personas dicen que un prolongado “confinamiento de canas” es una discriminación por edad y que probablemente les reduzca lo que les queda por vivir, independientemente del coronavirus.
Tienen el apoyo de algunos médicos, que advierten sobre el impacto de las cuarentenas en la salud física y mental de las personas de la tercera edad.
En Gran Bretaña, donde todos los mayores de 70 años, cualquiera que sea su salud, han sido clasificados como “clínicamente vulnerables” y deben permanecer en sus casas, la Asociación Médica Británica exhortó al primer ministro Boris Johnson a incluir a los ancianos en cualquier plan para aliviar las cuarentenas, alegando que el confinamiento afecta su salud mental.
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Discriminación por edad
La asociación afirma que seleccionar a grupos para un alivio sería discriminatorio y que aunque el gobierno debe asegurar que los que están en mayor riesgo de infección sean protegidos, esta es una necesidad que debe aplicarse a todas las edades y no arbitrariamente a los mayores de 60 o 70 años.
Muir Gray, un profesor de medicina familiar de la Universidad de Oxford advierte que una actividad mental y física reducida “incrementa el riesgo de demencia y fragilidad”.
Los de mayor riesgo al coronavirus son los mayores de 70 años, pero ellos dicen que se les debe permitir hacer sus propias decisiones mientras los otros grupos de edad salen del confinamiento.
El propio padre del primer ministro, Stanley Johnson, quien cumple 80 en agosto, expresó su confianza en que su hijo levante pronto las restricciones a los ancianos para poder unirse a una expedición de recaudación de fondos para caridad al Monte Kilimanjaro.
En Francia, después de presiones de los ancianos, el presidente Emmanuel Macron aseguró que su gobierno tratará de no emitir reglas separadas para la tercera edad al aliviar las restricciones.
Macron se vio forzado a ofrecer la concesión como resultado de las reacciones a advertencias de su principal asesor científico, Jean-François Delfraissy, quien dijo que el confinamiento para mayores de 65 años debería continuar durante todo el futuro cercano.
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Debate generacional
El debate está sacando a relucir tensiones generacionales en Europa. Cuando los países iniciaron los confinamientos en marzo y abril, los gobiernos apelaron a una solidaridad intergeneracional, argumentando que los jóvenes tenían el deber de cumplir las cuarentenas para proteger a los más vulnerables.
Aunque muchos, quizás la mayoría, de jóvenes y viejos respondieron a estos llamados, hubo también señales de fricciones generacionales, y quejas desde ambas partes.
Algunos jóvenes desafiaron las cuarentenas y las restricciones, los más rebeldes desobedeciendo las normas de distancia social, celebrando fiestas de “encierro” y del “fin del mundo”, y bromeando en las redes sociales que la pandemia era la forma ideal para sacar del camino a la generación anterior, los llamados “baby boomers”, nacidos entre 1946 y 1964.
Los milenials (nacidos entre 1981 y mediados de los 1990) y los jóvenes de la Generación Z (nacidos desde mediados de los 1990 en adelante) también se han quejado de que será en ellos donde recaerán los costos económicos provocados por el coronavirus, como sucedió durante la recesión de 2008.
Las pensiones estatales en la mayoría de los estados europeos después de la crisis financiera fueron protegidas para los retirados y aumentaron en línea con la inflación, mientras que las medidas de austeridad golpearon más a los jóvenes, dicen sus defensores.
Los ancianos sostienen que ellos también sufrieron después de 2008, con bajos rendimientos de sus ahorros, como les está sucediendo ahora. Sin embargo, hay llamados para que el inmenso costo económico de la emergencia por el coronavirus sea repartido entre todos.
Pero no son solo los jóvenes quienes han violado los confinamientos, en especial en el centro de Europa, donde los mayores llenaron los mercados. En Rumania, las autoridades solo permitieron a los mayores de 65 años salir de sus casas de 11 de la mañana a 1:00 de la tarde.
Craig Turp, el director del sitio de noticias Emerging Europe, dijo que esta actitud de los ancianos en Europa central tiene que ver mucho con su historia.
"Guerras, deportaciones, pobreza, dictaduras, revoluciones (…) Para cualquiera que haya vivido todo eso, ¿qué representa una amenaza invisible como el coronavirus?”, comentó.
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