El Reino Unido tiene la intención de negociar un acuerdo de libre comercio "de igual a igual" con Bruselas y no permitirá que la Unión Europea le imponga reglas, advirtió el negociador británico para el Brexit, David Frost.
"Para nosotros, es esencial poder establecer las leyes que nos convengan, reivindicar el derecho que posee cualquier otro país no miembro de la UE en el mundo", afirmó el lunes Frost en un discurso en la Universidad Libre de Bruselas.
"No se trata de una simple posición negociadora que podría cambiar bajo presión. Es incluso el propio objetivo del proyecto en su conjunto", insistió el negociador del Reino Unido, país que desde el 31 de enero ya no forma parte de la UE.
Londres y Bruselas deben alcanzar antes de finales de 2020, cuando termina el actual período de transición, un acuerdo sobre su futura relación posbrexit, para lo cual ambas partes están ultimando su estrategia de negociación.
El esperado discurso de Frost llegó en un momento en el que los Estados miembros de la UE están elaborando un mandato para su propio negociador, Michel Barnier, que fija los objetivos y líneas rojas en las negociaciones.
El bloque desea que Londres se comprometa en la futura relación -incluso "a lo largo del tiempo"- en varios ámbitos (medio ambiente, fiscalidad, derecho laboral...) para evitar la competencia desleal, a cambio de un acceso privilegiado al mercado europeo.
Para los europeos, estas garantías parecen indispensables vista la proximidad geográfica y económica del Reino Unido, llamado a convertirse en su primer socio comercial.
La UE también querría que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) tuviera la última palabra, en caso de un futuro diferendo entre Londres y Bruselas sobre la interpretación del derecho comunitario.
"Pensar que podríamos aceptar una supervisión de la UE en cuestiones de igualdad de condiciones de competencia, es desconocer lo que estamos haciendo", comentó Frost.
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"¿Cómo reaccionarían ustedes si el Reino Unido exigiera que, para protegerse, la UE debería armonizarse de manera dinámica con nuestras leyes nacionales decididas en Westminster y las decisiones de nuestros propios reguladores y tribunales?", preguntó.
David Frost estima "perfectamente posible tener altos estándares, e incluso estándares similares o mejores que los que prevalecen en la UE".
El negociador británico recordó la posición del primer ministro Boris Johnson y recalcó que Londres espera alcanzar un acuerdo de libre comercio como los negociados años atrás por la UE con Canadá o Japón, es decir menos ambicioso que el propuesto por los europeos.
"Queremos lo que tienen otros países independientes", resumió Frost, abogando por una relación "de igual a igual".
"Si no podemos concluir un acuerdo de libre comercio al estilo canadiense, estamos dispuestos a comerciar en condiciones similares a las de Australia", agregó.
Como carece de acuerdo comercial con Australia, la UE intercambia con este país según las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que implica aranceles a veces altos, que Londres parece dispuesto a aceptar.
Frost anunció la publicación de un documento escrito para la próxima semana que detalla cómo el Reino Unido se imagina el futuro acuerdo.
Recordó que Londres no solicitaría una prolongación del período de transición, y por lo tanto de la negociación, más allá del 31 de diciembre.
"En ese momento, recuperamos completamente nuestra independencia política y económica. ¿Por qué querríamos posponerla?", preguntó.
Los Estados miembros esperan finalizar el miércoles el mandato de negociación de la Comisión, para adoptarlo el 25 de febrero durante una reunión ministerial.
Las negociaciones entre Londres y Bruselas deberían comenzar a principios de marzo.