El gobierno de Estados Unidos impuso sanciones contra funcionarios del gobierno de Siria, como respuesta al ataque con gas sarín contra civiles sirios realizado el 4 de abril.
El lunes, el Departamento del Tesoro ordenó bloquear todos los activos en EE.UU. que pertenezcan a 271 empleados del Centro Sirio de Estudios Científicos e Investigación (SSRC), y prohibió a cualquier estadounidense hacer negocios con ellos.
EE.UU. cree que el SSRC fue responsable de producir el gas usado en el ataque.
El pasado 4 abril los habitantes de Khan Sheikhoun, pueblo controlado por rebeldes en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, sufrieron un ataque químico que dejó más de 80 muertos.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC) confirmó que "es incuestionable" que se utilizó gas sarín.
Dos días después del atentado, Donald Trump ordenó lanzar 59 misiles sobre la base aérea siria de Shayrat, en Homs, en el oeste del país, como respuesta al supuesto uso de armas químicas.
Bashar al Asad, el presidente sirio, negó que su gobierno haya sido el autor del ataque.
Fuentes militares sirias atribuyeron los daños a una explosión en una fábrica de armas químicas de al Qaeda.