Las réplicas de los grandes sismos de la semana pasada siguen afectando el desierto de California, pero las probabilidades de que ocurran fuertes temblores han disminuido, de acuerdo con sismólogos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que la probabilidad de que un sismo mayor a 7,1, como el del viernes de la semana pasada, es de menos de 1%, que la probabilidad de uno de magnitud 6 o más bajó a 6%.
Los habitantes de la pequeña comunidad de Trona asistieron el miércoles a una asamblea pública para escuchar la información actualizada de las autoridades sobre las labores de recuperación.
El medio KCBS-TV reportó que la preocupación más común expresada es la falta de agua.
Se han entregado camiones de agua potable. Pero no hay agua para uso de la casa, incluida la destinada a enfriadores, un artículo necesario en medio de las altas temperaturas del desierto.