Los rescatistas luchaban el domingo para ayudar a los habitantes de varias ciudades costeras de Indonesia que fueron víctimas de un terremoto y un tsunami el pasado viernes.
Las autoridades temen que el número de fallecidos, que ya supera los 800 muertos, aumente conforme avancen las labores de auxilio.
El acceso al área afectada está cortado ya que las carreteras están dañadas y las líneas de comunicación quedaron inundadas. La única manera de distribuir ayuda y suministros a la ciudad de Palu -una de las más afectadas – y a otras en la región, ha sido a través de aviones militares y comerciales.
Sin embargo, continúa la necesidad imperiosa de que el equipamiento pesado llegue a los posibles supervivientes atrapados en los edificios que han colapsado, incluyendo un hotel de ocho pisos en Palu, donde podían oírse voces entre los escombros.
Una mujer de 25 años fue encontrada con vida la tarde del domingo en las ruinas del hotel
El mismo día, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, aterrizó en Palu para inspeccionar personalmente el alcance del desastre.
Widodo se dirigió a las tropas que estaban desplegadas en el área y les pidió que estuvieran “listas para trabajar día y noche”.
Casi 17,000 personas han buscado refugio en 24 albergues, de acuerdo con la Agencia Nacional para la Mitigación de Desastres.
Entre los afectados se encuentran 71 extranjeros, según informó la agencia. Todos ellos fueron evacuados a Yakarta, exceptuando cinco: tres ciudadanos franceses, uno de Malasia y uno de Corea del Sur que están desaparecidos.
“Lo que necesitamos ahora desesperadamente es maquinaria pesada para limpiar los escombros”, dijo Muhammad Syaugi, el jefe de la agencia de búsqueda y desastre.
“Mis trabajadores están en la zona pero es imposible depender solo de la fuerza para limpiar esto”, explicó.
El vice presidente Jusuf Kalla predijo que el número de muertes podría alcanzar los miles ya que los funcionarios han tenido problemas recopilando información de las áreas más remotas debido a la falta de electricidad.
Un avión military de carga evacuó de Palu a los heridos y quienes se habían quedado atrapados en la zona.
Olas masivas golpearon Palu y Donggala, en la provincia central de Sulawesi. Cientos resultaron heridos el viernes después de que el terremoto de magnitud 7,5 afectara la zona, provocando olas de siete metros.
La región ha sufrido 209 réplicas del sismo al igual que daños graves a los aeropuertos, las carreteras, comunicaciones y otras importantes infraestructuras.
El número de muertos solo incluye las víctimas de Palu, ya que los funcionarios no han recibido todavía información de Donggola.
La Cruz Roja dijo en comunicado, “no hemos oído nada de Donggala y esto es extremadamente preocupante. Hay más de 30 mil personas viviendo allí. Esto ya es una tragedia pero puede volverse mucho peor”.
En un comunicado del Departamento de Estado, "Estados Unidos transmitió sus condolencias y apoyo a todos aquellos en Indonesia afectados por el terremoto y el tsunami que azotaron a Sulawesi Central el 28 de septiembre".
La nota diplomática indica que: "La Misión de los Estados Unidos en Indonesia está monitoreaando de cerca la situación", y apunta a la relación de socios estratégicos y de amistad con Indonesia, ofreciendo asistencia en cuanto se requiera: "estamos listos para ayudar en el esfuerzo de ayuda", dice el mensaje.
Las autoridades dijeron el sábado que cientos de personas estaban en la playa de Palu en un festival cuando el terremoto y el tsunami golpearon la costa, arrastrando a muchos hacia la muerte debido a las grandes olas.
Frans Padak Demon, el ex director del bureau de la Voz de América en Jakarta estaba en Palu cuando llegó el tsunami. Demon estimó que miles de personas estaban en la playa Talise alrededor de las cinco de la tarde el viernes en un evento que conmemoraba el aniversario de la ciudad de Palu.
Después de que su hotel colapsara, Demon dijo al servicio indonesio de la VOA que se dirigió hacia un sitio a mayor altura junto con una mujer que había sufrido heridas debido a los escombros, incluyendo un trozo de madera de un edificio colapsado que estaba siendo arrastrado por las olas. El ex director dijo que la mujer le contó que sus cuatro hijos habían sido arrastrados por el tsunami.
En un canal de televisión local se podía ver como las personas estaban siendo atendidas en unidades médicas improvisadas mientras que los cadáveres, algunos de ellos en bolsas, estaban alineados en las calles.
El corresponsal del servicio en indonesio de la VOA Yoanes Litha estaba en la pequeña ciudad de Pagiri el sábado en la noche después de que su viaje en moto hacia Palu se retrasara por más de diez horas debido a que todas las carreteras y los puentes estaban dañados o bloqueados por derrumbes.