El nominado del presidente electo Donald Trump para secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “Rusia hoy representa un peligro y nuestros aliados de la OTAN tienen razón de estar alarmados” por su surgimiento, pero solo después de señalar que eso sucedió “porque nosotros dejamos esa puerta abierta”.
En sus palabras iniciales, Tillerson habló sobre la importancia de “renovar” y “reafirmar” el liderazgo estadounidense, de ser honesto sobre “islamismo radical”, apeló por un diálogo franco con Rusia y habló de la importancia de “ver al mundo por lo que es y no por lo que esperamos”.
Sin embargo el tema de Rusia acaparó la preguntas y comentarios iniciales de la audiencia de confirmación, dada la desconfianza de algunos de los senadores por la cercanía de Tillerson con el presidente ruso, Vladimir Putin, de quien recibió una condecoración en su carácter de director ejecutivo de la petrolera Exxon Mobil, y por los comentarios del presidente electo, Donald Trump, en que ha insinuado que podría alejarse de la OTAN.
Tillerson dijo apoyar la fuerte presencia de la OTAN en los países cercanos para desalentar la agresión rusa en Crimea y otros lugares, y apoyó las sanciones impuestas por el gobierno de Obama, las cuales dijo considerar como “una herramienta poderosa e importante”.
Pero minutos después, a preguntas del senador Bob Menéndez, Tillerson, reconoció que en el pasado, como empresario se ha opuesto a las sanciones.
"Cuando se imponen sanciones, por diseño, van a afectar a las empresas estadounidenses.... Diseñémoslas bien, orientémoslas bien, implementémoslas bien y hagámoslas cumplir", recomendó, agregando que ni él ni Exxon cabildeó en contra de las sanciones.
Preguntado por el senador Marco Rubio si creía en la interferencia rusa en las elecciones, Tillerson dijo que la evidencia “claramente muestra que así se fue”, y cuando le presionó para reconocer que una decisión así solo pudo ser con la aprobación de Putin, reconoció que sí “es una suposición apropiada”.
No obstante no quiso comprometerse a oponerse a que Trump levante las sanciones impuestas a Rusia por el presidente Obama. “Si soy elegido quisiera tener la oportunidad de analizarla y consultarla con todos los actores”, dijo.
De la misma manera no quiso adelantar juicio sobre si Putin, al ordenar los bombardeos contra la población civil en Alepo, violó las normas internacionales de guerra y se convirtió en un criminal de guerra.
Lo que sí dijo es que es necesario conversar con Rusia para determinar el carácter de la relación futura.
"Ellos tienen la visión de haber sido maltratados al desaparecer la Unión Soviética, y que merecen tener un rol en el nuevo orden formado tras su desaparición. Antes no estuvieron en una posicion para reafirmar su posición y forzar una conversación . Pero este es su camino y es predecible", subrayó.
"La pregunta es si Rusia siempre va a querer ser un adversario de EE.UU. Tenemos que mover a Rusia de ser siempre adversarios a ser socios de vez en cuando".
Sobre el lanzamiento de las relaciones con Cuba, dijo que Estados Unidos no ha hecho responsable al gobierno de La Habana por las violaciones a los Derechos Humanos. “Los líderes recibieron mucho y la gente recibió poco”.
La pregunta central que enfrenta Taillerson, expresidente de Exxon Mobile, de 64 años, es cómo efectivamente puede transformarse de un gran empresario petrolero en el principal diplomático de Estados Unidos.
CUBA
El nominado de Trump para secretario de Estado dijo al Senado que Cuba no ha hecho lo suficiente para proteger los derechos humanos desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
“Debemos adherirnos a los estándares de responsabilidad”, dijo Tillerson. “Nuestro reciente involucramiento con el gobierno de Cuba no fue acompañado por ninguna concesión significativa en derechos humanos. No los hemos responsabilizado por su conducta. Sus líderes recibieron mucho, mientras su pueblo recibió poco. Eso no sirve a los intereses de los cubanos ni de los estadounidenses”, dijo Tillerson.
La audiencia ha sido interrumpida, como han sido otras, por activistas esta vez opuestos a la posición de Exxon y, presuntamente de Tillerson, a las medidas para combatir el cambio climático.