Una semana después de haber recibido la estrella de la Guía Michelin, que reconoce a los mejores restaurantes del mundo, el chef de 34 años, Ricardo Chaneton, aún está abrumado por la lluvia de mensajes recibidos.
"Todavía no he terminado de responderlos todos y me estoy tomando el tiempo de hacerlo uno a uno, poco a poco", cuenta a la Voz de América vía Zoom desde su restaurante MONO, en Hong Kong, que por estos días opera en horario reducido, ante las nuevas medidas para contener la expansión de la variante ómicron.
“Se siente tan lindo poder contar con el apoyo de gente que ni conoces, y saber y darme cuenta, más que nunca, de que el venezolano es una persona bondadosa y de buenas intenciones. Eso me hace sentir que estoy en casa, que no me he ido a ningún lado", relató Chaneton.
MONO ya había destacado el año pasado en el número 44 de los 50 mejores restaurantes de Asia por la organización The 50 Best. Bajo el lema "Una ventana de Asia a la refinada cultura gastronómica latinoamericana", MONO es una fusión de la alta cocina francesa con los sabores de la región.
"Estoy haciendo lo que me correspondía hacer, que es representando la gastronomía, no sólo de Venezuela, sino de un continente que es muy rico en cultura, gastronomía, sonrisas, colores, contraste", destaca el joven, cuya carrera comenzó al calor de los hornos de una humilde pizzería en la localidad de San Antonio de Los Altos, a las afueras de Caracas.
Fue allí donde supo que definitivamente sería cocinero. "Gracias a la pizzería me enamoré de la cocina y del ambiente de un restaurante, y gracias a la pizzeria tuve dinero para pagar mis estudios de cocina", rememora.
"Mucha hambre tenía yo, literal y no literal. Sobre todo, mucha hambre de aprender, de hacer cosas nuevas. Eso fue lo que me llevó hasta Hong Kong", agrega.
Pero antes, se formó en Centro de Estudios Culinarios San Antonio, en Venezuela, y continuó sus estudios culinarios en España y Francia. En este último país estuvo 7 años, pero su currículo terminó en Hong Kong, donde le propusieron ser chef ejecutivo del restaurante Petrus, uno de los más famosos de la localidad asiática. Después de 4 años allí, decidió crear su propia propuesta con MONO.
Pero antes de los galardones, debió superar varios escollos. El negocio fue inaugurado en 2019, en medio de protestas callejeras y crisis política en Hong Kong.
"Yo recuerdo que había gas lacrimógeno entrando por las ventanas del restaurante, las primeras semanas y yo decía: ¡En qué lío nos estamos metiendo!".
Ya calmadas las tensiones, vino la pandemia y, en consecuencia, el confinamiento. "Jamás dijimos: vamos a cerrar. Jamás dijimos: vamos a echar gente a la calle (...) De eso nunca se habló. Eso era un tabú", advierte.
Chaneton confiesa que llevar ingredientes frescos de Latinoamérica a Hong Kong ha sido cuesta arriba, pero no imposible, pues en sus platos imprime un sello de cada nación.
"La parcha la estamos trayendo de Colombia, estamos trayendo cacao fresco de Ecuador, estamos trayendo muchísimos condimentos y ají de Perú y México."
Y, por supuesto, el sabor de casa. "Tenemos nuestra arepita para empezar el menú".
También lea Ají Dulce: una propuesta gastronómica venezolana en ParísLa estrella Michelin ha sido también para el joven cocinero una puerta a la nostalgia por el país al que no ha vuelto en 12 años.
"No tienes idea de las ganas que tengo de ir a mi país, de tocar las puertas de colegas que me quisieran prestar su cocina y poder organizar, junto a ellos, y hacer algo increíble para mi familia, amigos", comenta.
Y aunque por ahora no hay boleto de regreso a Venezuela, el hoy distinguido chef ya ha evaluado qué cocinaría al llegar: "Sabores ricos, con los que crecí, con los que compartí con mucha gente, pero presentados de una manera más elegante y estética muy de MONO", responde.
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