Marco Rubio se aferra a sus delegados de cara a la Convención Nacional Republicana, quiere ser el "rey", y si tuviera éxito el más perjudicado podría ser Trump.
Rubio abandonó su campaña para la nominación presidencial, luego de su derrota en el estado de Florida, peo esto no significa que no vaya a tener un papel crucial en la definición del futuro candidato republicano.
Ahora todas las miradas están puestas en el botín de 171 delegados que logró Rubio, y que irán a la Convención Nacional Republicana en Cleveland el próximo julio.
Según un informe de la cadena de noticias MSNBC, el senador está tratando de retener a esos delegados para realizar un inusual plan que daría luces sobre sus intenciones para la convención partidaria, cuando los delegados elijan al nominado.
Lo curioso del caso es que, tal vez la semántica y la matemática, terminen por definir al elegido republicano, ya que una palabra podría resultar clave: la campaña de Rubio fue “suspendida” no “finalizada”.