El Ministerio de Defensa ruso acusó el viernes a Gran Bretaña de organizar un ataque químico falso en una ciudad siria a las afueras de Damasco, una acusación que Gran Bretaña niega vehementemente calificándola como una "mentira flagrante".
El intercambio sigue al envenenamiento de un exespía ruso en Gran Bretaña, y llega en medio de severas advertencias de Moscú hacia Occidente en contra de atacar Siria.
Un día antes de que un equipo del organismo internacional de control de armas químicas llegara a Douma, al este de Damasco, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general de división Igor Konashenkov, dijo, sin proporcionar evidencia, que las imágenes de las víctimas del presunto ataque eran falsificaciones con la directa participación de Gran Bretaña.
Los voluntarios y activistas de los Cascos Blancos han afirmado que un presunto ataque químico el 7 de abril por el gobierno sirio mató a más de 40 personas en la ciudad de Douma, acusaciones que provocaron la indignación internacional y llevaron a que Washington y sus aliados consideraran una respuesta militar. Moscú advirtió contra cualquier ataque y amenazó con tomar represalias.
Konashenkov publicó declaraciones de médicos del hospital de Douma, que dijeron que un grupo de personas que portaban cámaras de video ingresaron al hospital, gritando que sus pacientes fueron atacados con armas químicas, rociándolos con agua y causando pánico. Los médicos, sin embargo, dijeron que ninguno de los pacientes tenía ningún síntoma de envenenamiento químico, según las declaraciones.
Konashenkov indicó que "se ejerció una poderosa presión desde Londres sobre los representantes de los llamados Cascos Blancos para preparar rápidamente la provocación premeditada". Agregó que el ejército ruso tiene pruebas de la implicación británica, pero no laspresentó de inmediato.
Las acusaciones siguieron a una declaración anterior del ministro de Asuntos de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien dijo que "las agencias de inteligencia de un estado que ahora se esfuerza por encabezar una campaña ruso-fóbica estuvieron involucrados en esa fabricación". No dio detalles ni identificó al estado.
El mes pasado, Gran Bretaña culpó a Rusia por un ataque de agente nervioso a un exespía Serguei Skripal y su hija Yulia, acusaciones que Rusia ha negado vehementemente.