Rusia condenó el martes a Estados Unidos por la detención de un supuesto espía ruso, calificándola como una "provocación" que ocasionaría daños adicionales a las ya tensas relaciones.
Agentes de contrainteligencia estadounidense arrestaron el lunes a un ciudadanos ruso en la ciudad de Nueva York y lo acusaron de espionaje.
Evgeny Buryakov, de 39 años, y otros dos rusos, Igor Sporyshev y Víctor Podobnyy, que no se cree que estén en EE.UU., fueron acusados por cargos de espionaje y de intentar reclutar a personas que ya viven en el país, incluyendo a empleados de grandes empresas y mujeres conectadas a una importante universidad.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia negó el martes las acusaciones, diciendo que EE.UU. había recurrido a una "campaña anti-rusa. ''
"No hay evidencia que respalde dicha información. Parece que las autoridades estadounidenses han decidido una vez más a recurrir a una práctica favorita de desenrollar espionaje”.
El vicecanciller Sergei Ryabkov se reunió el martes con John Tefft, el embajador estadounidense en Moscú, para discutir temas "bilaterales", según el ministerio.
Según una denuncia del Departamento de Justicia de Estados Unidos presentada en una corte federal en Manhattan, las autoridades rusas encargaron a los acusados “reunir información de inteligencia sobre, entre otros temas, las posibles sanciones de Estados Unidos contra los bancos rusos y los esfuerzos de Estados Unidos para el desarrollo de fuentes alternativas de energía”.
Haciéndose pasar por un empleado del banco ruso Vnesheconombank, Buryakov rompió la ley estadounidense al no informar a los funcionarios de que estaba en el país como una agente encubierto de la inteligencia rusa.
Los fiscales federales dijeron que Sporyshev, de 40 años, trabajó como representante comercial de Rusia entre noviembre de 2010 y noviembre de 2014, mientras que Podobnyy, de 27 años, fue un agregado a la misión de Rusia ante Naciones Unidas de diciembre de 2012 a septiembre de 2013.
Los fiscales dijeron que las autoridades estadounidenses reunieron pruebas físicas y datos electrónicos de muchas reuniones, incluyendo varios en que Buryakov se reunió con un agente del FBI haciéndose pasar por un rico inversionista que tenía proyectado construir casinos en Rusia.
Entre marzo de 2012 y mediados de septiembre de 2014, el FBI observó reuniones entre Buryakov y Sporyshev 48 veces.
Varias de las reuniones "involucraron a Buryakov pasando una bolsa, una revista o trozo de papel a Sporyshev”, señala la denuncia.
Los tres sospechosos rusos enfrentan hasta 15 años de prisión si son declarados culpables.
El fiscal general Eric Holder dijo que EE.UU. se ha comprometido "a la lucha contra los intentos de los agentes encubiertos para recopilar ilegalmente información y reclutar espías dentro de Estados Unidos”.
Más de 20 años después del final de la Guerra Fría, los espías rusos continúan trabajando en EE.UU. y son una amenaza directa a la seguridad nacional estadounidense, dijeron funcionarios del Departamento de Justicia.