Coincidiendo con un aumento de las tensiones en Crimea, Rusia hace ostentación de un poderío militar como no se veía desde tiempos de la Guerra Fría.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, ha optado por hacer gala del poderío bélico ruso como recurso “diplomático” en plena crisis con Ucrania, y presidió un desfile militar sin precedente en Sebastopol, sede de la flota de guerra rusa en el Mar Negro.
La demostración de fuerza, a propósito de conmemorarse el 69 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, tuvo lugar precisamente en esa ciudad portuaria de Crimea, península recién arrebatada a Ucrania y anexada por Moscú.
El gobierno de Estados Unidos calificó el hecho de “provocativo e innecesario” en adición a reiterar que considera la anexión de esa península como ilegal.
Antes de viajar a Crimea, Putin presidió un desfile en la Plaza Roja de Moscú en el que junto a 11 mil soldados, las fuerzas armadas rusas exhibieron lo más selecto de su arsenal: blindados, sistema de misiles, cazas, aviones espías, bombarderos estratégicos y helicópteros.
En Ucrania y otros países europeos, el desfile reavivó los temores de que Rusia pueda repetir la ocupación de Crimea en otros territorios de lo que fue la Unión Soviética, y anexarse adicionales e importantes enclaves en el Mar Negro, entre ellos la ciudad de Odesa.
Junto a la exhibición de poderío, la presencia de las fuerzas armadas rusas en el escenario internacional ha sido desacostumbrada desde tiempos de la Guerra Fría, coincidiendo con un aumento de las tensiones originadas por separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
La semana pasada, El comandante de la Fuerza Aérea de EE..UU. en el Pacífico, general Herbert “Hawk” Carlisle, reportó un significativo incremento de los vuelos de aviones de guerra rusos en la zona Asia-Pacífico, que se han acercado incluso a la costa de California.
El ministerio de Defensa británico informó en Londres de la inusual travesía de una nutrida flota de guerra rusa por el Canal de la Mancha, que separa a Francia del Reino Unido, lo que no sucedía desde hacía años.
El destacamento naval ruso lo formaban el portaaviones Almirante Kuznetsov, un crucero de guerra nuclear, un buque de desembarco, tres tanqueros y un remolcador, según fuentes militares británicas.
Philip Hammond, secretario de Defensa del Reino Unido, declaró la semana pasada que en los últimos tiempos ha habido también un resurgimiento de los vuelos de aviones de guerra rusos cerca del espacio aéreo británico.
La demostración de fuerza, a propósito de conmemorarse el 69 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, tuvo lugar precisamente en esa ciudad portuaria de Crimea, península recién arrebatada a Ucrania y anexada por Moscú.
El gobierno de Estados Unidos calificó el hecho de “provocativo e innecesario” en adición a reiterar que considera la anexión de esa península como ilegal.
Antes de viajar a Crimea, Putin presidió un desfile en la Plaza Roja de Moscú en el que junto a 11 mil soldados, las fuerzas armadas rusas exhibieron lo más selecto de su arsenal: blindados, sistema de misiles, cazas, aviones espías, bombarderos estratégicos y helicópteros.
En Ucrania y otros países europeos, el desfile reavivó los temores de que Rusia pueda repetir la ocupación de Crimea en otros territorios de lo que fue la Unión Soviética, y anexarse adicionales e importantes enclaves en el Mar Negro, entre ellos la ciudad de Odesa.
Junto a la exhibición de poderío, la presencia de las fuerzas armadas rusas en el escenario internacional ha sido desacostumbrada desde tiempos de la Guerra Fría, coincidiendo con un aumento de las tensiones originadas por separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
La semana pasada, El comandante de la Fuerza Aérea de EE..UU. en el Pacífico, general Herbert “Hawk” Carlisle, reportó un significativo incremento de los vuelos de aviones de guerra rusos en la zona Asia-Pacífico, que se han acercado incluso a la costa de California.
El ministerio de Defensa británico informó en Londres de la inusual travesía de una nutrida flota de guerra rusa por el Canal de la Mancha, que separa a Francia del Reino Unido, lo que no sucedía desde hacía años.
El destacamento naval ruso lo formaban el portaaviones Almirante Kuznetsov, un crucero de guerra nuclear, un buque de desembarco, tres tanqueros y un remolcador, según fuentes militares británicas.
Philip Hammond, secretario de Defensa del Reino Unido, declaró la semana pasada que en los últimos tiempos ha habido también un resurgimiento de los vuelos de aviones de guerra rusos cerca del espacio aéreo británico.