Como respuesta ante los continuos apagones masivos y a la convocatoria del presidente interino, Juan Guaidó, se organizaron el sábado protestas en varias ciudades de Venezuela.
Bajo el nombre ‘Operación libertad’, Guaidó llamó a los ciudadanos a salir a las calles para manifestarse en contra del gobierno en disputa de Nicolás Maduro y prepararse para el “cese de la usurpación”, el nombre con el que el gobierno interino se ha estado refiriendo para el momento en el que Maduro salga del poder.
El sábado, decenas de manifestantes se tomaron las calles de Caracas, pidiendo por “la liberta de Venezuela”, como dijo a la Voz de América una ciudadana que se encontraba en la protesta.
“En Venezuela no nos vamos a conformar, vamos a continuar luchando por nuestros derechos y por la libertad de nuestro país”, dijo el diputado Juan Andrés Mejía, quien se encontraba en la manifestación en Caracas.
La Voz de América pudo constatar el uso de gas lacrimógeno por parte de la Policía Nacional para reprimir las protestas. Las fuerzas de seguridad dispersaron a los manifestantes especialmente en áreas donde seguidores oficialistas se concentraban a corta distancia.
Estas manifestaciones paralelas se han vuelto un patrón en las últimas semanas a medida que las facciones opositoras de Venezuela luchan por el poder en un país que sufre turbulencias económicas y una crisis humanitaria.
Los partidarios de Maduro, por su parte, participaban en una “marcha antiimperialista por la paz”, partiendo desde varios puntos de Caracas rumbo a una plaza del centro para rechazar la injerencia de Estados Unidos y Europa en los asuntos internos del país y para expresar su solidaridad con los trabajadores de la corporación estatal Corpoelec.
Muchos ven a esta corporación estatal como ineficiente y corrupta. Los expertos señalan a sus administradores y a los gobiernos de Maduro y su predecesor Hugo Chávez como los responsables de que por falta de mantenimiento correctivo y preventivo necesarios el sistema eléctrico nacional tenga instalaciones casi en ruinas.
Desde el 7 de marzo, cuando se registró el primero y hasta ahora peor de los apagones de la historia venezolana, el gobierno de Maduro ha denunciado que los cortes de energía son consecuencia de varias causas, desde "ataques electromagnéticos" dirigidos por Estados Unidos hasta un ataque con arma de fuego a una instalación eléctrica.
El más reciente apagón tuvo lugar el viernes, alrededor de las 7 de la noche, cuando una falla en el sistema eléctrico afectó a Caracas, la capital del país y por lo menos 23 estados, según informó AFP. El viernes por la noche también hubo protestas y cacerolazos en Caracas en contra del gobierno en disputa, al cual culpan del colapso del sistema eléctrico del país.
Miles de personas, muchos de ellos empleados públicos, se vieron forzadas a caminar largas distancias en medio de la oscuridad debido a la ausencia endémica de autobuses y la paralización el viernes del servicio de trenes subterráneos, que transporta a unos tres millones de personas a diario.
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El viernes, por decisión de Maduro, el sector público retomó sus labores después de tres días de suspensión por los sucesivos cortos de energía en Caracas, lo que hizo más dramática la situación. La víspera, al menos en las primeras 19 horas del día, la capital venezolana era un oasis de energía, mientras en otras regiones las fallas eléctricas persistían.
Los acueductos en la mayoría de las regiones del país siguen sin operar y el funcionamiento de internet y los teléfonos fijos y móviles es intermitente desde el 25 de marzo.
Los mítines tuvieron lugar un día después de que la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dijera que está lista para entregar ayuda a Venezuela el mes próximo. El grupo humanitario dice que permanecerá neutral y ha pedido a ambas partes en el conflicto venezolano que no interfieran en la distribución de la ayuda.