Un deportista austriaco que planea saltar desde una cápsula espacial presurizada a una altitud de 36.576 metros tuvo que aplazar el intento por razones meteorológicas.
El deportista austriaco Felix Baumgartner buscaba convertirse este martes en el primer ser humano en romper la barrera del sonido en una caída desde más de 36 kilómetros de altura pero el salto tuvo que ser pospuesto debido a la fuerza del viento.
La operación fue cancelada dos horas después de que empezó a ser inflado el globo en el que el austriaco iba a ascender a bordo de una cápsula hasta la estratósfera desde Roswell, en Nuevo México, Estados Unidos.
A fin de garantizar que la tela del globo no se dañe el viento en el momento del ascenso el viento no puede exceder una velocidad de 5 kilómetro por hora.
La misión ya había sido aplazada del lunes al martes por condiciones meteorológicas adversas. De momento se desconoce cuándo Baumgartner volverá a intentarlo.
El propósito
La intención de Felix Baumgartner, que cuenta con ayuda de la agencia espacial estadounidense (NASA) esromper la barrera del sonido en caída libre con un salto desde una cápsula espacial presurizada a una altitud de 36.576 metros.
Uno de los objetivos principales del proyecto Red Bull Stratos es el de recoger datos científicos que, en última instancia, ayuden a mejorar la seguridad de los viajes espaciales, y que permitan el desarrollo de procedimientos de escape de una nave espacial que esté a gran altitud.
Con el salto se intentarán batir hasta cuatro récords: mayor velocidad en caída libre, salto de mayor altitud, vuelo en globo tripulado de mayor altitud y caída libre más larga.
Baumgartner y el equipo de la misión Red Bull Stratos se han estado preparando para este salto a gran altitud durante años, con el objetivo de superar las marcas establecidas hace 52 años por el coronel estadounidense Joe Kittinger.
La cápsula, que con 1.315 kilos pesa más o menos lo mismo que un VW Beetle, sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente tras el último salto de prueba el pasado mes de julio, desde una altitud de 29.610 metros.
Entonces, llegó a una velocidad de 864 kilómetros por hora, es decir, tan rápido como un avión comercial. Y pocos minutos después aterrizó en el desierto de Nuevo México.
Tras los últimos ensayos, la cápsula presurizada de la misión ha resistido con éxito las nuevas simulaciones a gran altitud, y la cuenta regresiva definitiva para el salto de Baumgartner desde las puertas del espacio empezó el pasado lunes.
Felix Baumgartner, de 43 años, es uno de los saltadores B.A.S.E. más respetados del mundo. En 2003 atravesó el Canal de la Mancha, equipado con un ala de fibra de carbono, en un salto en caída libre.
La operación fue cancelada dos horas después de que empezó a ser inflado el globo en el que el austriaco iba a ascender a bordo de una cápsula hasta la estratósfera desde Roswell, en Nuevo México, Estados Unidos.
A fin de garantizar que la tela del globo no se dañe el viento en el momento del ascenso el viento no puede exceder una velocidad de 5 kilómetro por hora.
La misión ya había sido aplazada del lunes al martes por condiciones meteorológicas adversas. De momento se desconoce cuándo Baumgartner volverá a intentarlo.
El propósito
La intención de Felix Baumgartner, que cuenta con ayuda de la agencia espacial estadounidense (NASA) esromper la barrera del sonido en caída libre con un salto desde una cápsula espacial presurizada a una altitud de 36.576 metros.
Uno de los objetivos principales del proyecto Red Bull Stratos es el de recoger datos científicos que, en última instancia, ayuden a mejorar la seguridad de los viajes espaciales, y que permitan el desarrollo de procedimientos de escape de una nave espacial que esté a gran altitud.
Con el salto se intentarán batir hasta cuatro récords: mayor velocidad en caída libre, salto de mayor altitud, vuelo en globo tripulado de mayor altitud y caída libre más larga.
Baumgartner y el equipo de la misión Red Bull Stratos se han estado preparando para este salto a gran altitud durante años, con el objetivo de superar las marcas establecidas hace 52 años por el coronel estadounidense Joe Kittinger.
La cápsula, que con 1.315 kilos pesa más o menos lo mismo que un VW Beetle, sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente tras el último salto de prueba el pasado mes de julio, desde una altitud de 29.610 metros.
Entonces, llegó a una velocidad de 864 kilómetros por hora, es decir, tan rápido como un avión comercial. Y pocos minutos después aterrizó en el desierto de Nuevo México.
Tras los últimos ensayos, la cápsula presurizada de la misión ha resistido con éxito las nuevas simulaciones a gran altitud, y la cuenta regresiva definitiva para el salto de Baumgartner desde las puertas del espacio empezó el pasado lunes.
Felix Baumgartner, de 43 años, es uno de los saltadores B.A.S.E. más respetados del mundo. En 2003 atravesó el Canal de la Mancha, equipado con un ala de fibra de carbono, en un salto en caída libre.