Estados Unidos y otros 13 países expresaron su preocupación sobre el reciente estudio sobre el origen del nuevo coronavirus en China convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que no logró llegar a una conclusión precisa sobre el origen de la pandemia.
Al presentar el informe el martes 30 de marzo, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó las dificultades que enfrentó el equipo que viajó a China y los problemas para acceder a datos no procesados por parte de Beijing.
El documento, emitido ese mismo día por el Departamento de Estado de EE.UU., advierte sobre “la importancia de trabajar juntos para desarrollar un proceso internacional de evaluación de brotes de orígenes desconocidos en el futuro que sea rápido, eficaz, transparente, basado en la ciencia e independiente”.
La declaración, que incluye a Australia, Canadá, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Israel, Japón, Letonia, Lituania, Noruega, Corea del Sur, Eslovenia y el Reino Unido, reafirma el compromiso de trabajar con la OMS cuya misión describe “como fundamental para el avance de la salud y seguridad sanitaria mundiales”.
También lea OMS comienza a investigar origen de la pandemia en ChinaSin embargo, en una referencia a la actitud de China, señala que “teniendo en mente tan importante mandato se hace igualmente esencial que expresemos colectivamente nuestras preocupaciones respecto a que el estudio de los expertos internacionales sobre los orígenes del virus SARS-Cov-2 sufrió retrasos y no tuvo acceso a las muestras y los datos completos y originales”.
Los firmantes afirman que “las misiones científicas como esta deberían tener acceso en condiciones que permitan producir recomendaciones y conclusiones de manera independiente y objetiva”.
“Juntos, apoyamos un análisis y evaluación transparente, e independiente, libre de interferencias e influencia indebida, de los orígenes de la pandemia de COVID-19”, dice el comunicado.
El documento destaca que “es de fundamental importancia que expertos independientes tengan acceso total a todos los datos de seres humanos, animales y entornos pertinentes, así como a las investigaciones y personal implicados en las etapas iniciales relevantes del brote para determinar cómo empezó esta pandemia”.
“Con toda la información disponible, la comunidad internacional podrá evaluar independientemente los orígenes de COVID-19, aprender valiosas lecciones de esta pandemia y prevenir devastadoras consecuencias de futuros brotes de enfermedades”, concluye la declaración..