“La gente me regala zapatos y ropa para que los venda. Aunque sea por dos coras (monedas de 0,25 centavos de dólar), los vendo y de ahí como”, comenta Lidia Ortez Ángel, quien acaba de cumplir 65 años y vive en El Salvador, un país conocido por haber desarticulado el poder de las dos pandillas más temidas en Centroamérica: Mara Salvatrucha y Barrio 18.
Lidia nunca ha salido de Soyapango, la segunda ciudad más poblada de El Salvador, donde ha vivido toda su vida, sobreviviendo de empleos informales o de la caridad de algunos de sus vecinos.
“Fui a ver a una señora para la que lavaba y planchaba. Ya llevo un año y medio sin hacerlo porque los huesitos me fallan... Ella me acaba de dar una taza de arroz con leche. Con eso, ya no voy a almorzar”, cuenta a la Voz de América la mañana del 13 de agosto.
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Lidia no es la única mujer en El Salvador que enfrenta la falta de empleo y condiciones económicas difíciles. Justo frente a su casa, Marina Navas, una mujer algo más joven, vive en circunstancias similares.
"Uno no halla trabajo, el pisto (dinero) no alcanza. Ahorita no tengo nada, no tengo qué comer. El presidente ha sido buena gente, nos ha mandado cajas de comida, se lo agradezco, pero quisiera que mandara otro poquito más", comenta Navas.
Navas trabaja como niñera y gana 100 dólares al mes, una tercera parte del salario mínimo en el país, que equivale a 365 dólares.
Cuando Nayib Bukele asumió la presidencia de El Salvador en 2019, la principal preocupación de los salvadoreños era la violencia ocasionada por las pandillas. Sin embargo, las encuestas actuales muestran que la economía, incluyendo el desempleo y el alto costo de vida, se ha convertido en el nuevo gran problema.
Bukele ha respondido bajando aranceles a productos de la canasta básica, instalando agromercados donde los alimentos se venden más baratos y advirtiendo a los productores que no especulen con los precios bajo amenaza de ser procesados penalmente. Sin embargo, hasta el momento, estas medidas han tenido el efecto contrario al deseado.
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Según el Banco Central de Reserva de El Salvador, el precio de los alimentos continúa siendo superior al de otras categorías que conforman el índice general de productos, y ha mantenido una tendencia al alza durante los últimos cinco meses.
Entre junio y julio de 2024, el precio de los alimentos en El Salvador aumentó un 0,9 %. De los 12 productos y servicios monitoreados, los alimentos y el servicio de hoteles y restaurantes han registrado los mayores incrementos.
Además, el costo de la canasta alimentaria en la zona urbana de El Salvador ha subido un 30,6 %, pasando de 202 dólares en julio de 2021, cuando se dio el último aumento del salario mínimo, a 264 dólares en julio de 2024, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC).
Esto significa que lo que antes se compraba con 5 dólares, ahora cuesta casi el doble.
Luis Treminio, presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios, explicó a la VOA que la producción del último ciclo agrícola en El Salvador ha sido la más baja de los últimos siete años. Entre las causas se encuentran el cambio climático, el aumento y la escasez de mano de obra, el incremento en los costos de alquiler de tierras y de insumos agrícolas, así como la falta de apoyo de los últimos cuatro gobiernos para impulsar la agricultura.
"Es preocupante porque, en lugar de apostar por la soberanía alimentaria, nos estamos alejando", advierte Treminio, señalando que esta dependencia del mercado hace que El Salvador esté supeditado a los precios de los proveedores.
Lidia Ortez, tocando su monedero de tela y volteándolo hacia el suelo para mostrar que está vacío, comenta que a veces le regalan cinco dólares, pero que la vida se ha encarecido a tal punto que es casi imposible comprar carnes y verduras con esa cantidad.
También lea Suben de precio los bienes raíces en El Salvador tras mejorar la seguridadCasi la mitad de la población en El Salvador no tiene acceso a un empleo formal con prestaciones sociales como salud y ahorro para pensión, según la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC), que evalúa la calidad de vida de los ciudadanos a través de su encuesta anual de "Hogares de Propósitos Múltiples".
En 2023, el 42,5 % de los salvadoreños, como Lidia Ortez o Marina Navas, sobrevivieron gracias al "subempleo", es decir, trabajos sin prestaciones legales y en condiciones precarias.
“El subempleo es tan grave, o incluso peor, que el desempleo, ya que las personas pobres, especialmente en países en desarrollo donde las redes de protección social suelen ser limitadas, no pueden permitirse estar desempleadas y están, por ende, obligadas a realizar actividades económicas que no son muy productivas y proporcionan escasos ingresos”, advierte la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN) en un estudio reciente.
Además, aquellos que cuentan con un empleo formal a menudo enfrentan un salario mínimo que no garantiza una vida digna.
También lea ¿Cuán viable es un control de precio en los alimentos en El Salvador?Desde 2021, el salario mínimo en El Salvador se ha mantenido en 365 dólares mensuales. Según la legislación, este debe revisarse al menos cada tres años, teniendo en cuenta el costo de vida, que incluye alimentación, vestuario, vivienda y educación, entre otros factores.
A pesar de que la canasta básica ha aumentado un 30 % desde la última revisión, el gobierno aún no ha iniciado discusiones sobre un posible incremento del salario mínimo.
La receta "Bukele"
Por el momento, Bukele ha centrado sus esfuerzos en otras medidas para aliviar el costo de la vida, como la reciente eliminación de impuestos a 160 productos de la canasta básica, incluidos granos básicos, verduras, hortalizas y carnes, por un periodo de 10 años.
También lea Salvadoreños perciben deterioro en la economía y mejora en seguridad, según sondeoAunque la reciente medida fue aprobada por 59 de los 60 legisladores, un partido de oposición al gobierno sugiere que lo ideal sería eliminar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es del 13 %, para lograr un impacto real en la canasta básica. Argumentan que, dado que El Salvador ya cuenta con Tratados de Libre Comercio (TLC) en Centroamérica, muchos productos ya están exentos de aranceles.
Otras medidas del gobierno se han centrado en fomentar la inversión extranjera. El mensaje sobre el cambio en la seguridad pública en El Salvador ha traspasado fronteras, lo que ha resultado en un auge turístico, reflejado en un aumento del 36 % entre 2022 y 2023.
Los agentes inmobiliarios ya hablan de un acelerado desarrollo en la zona costera del país, desde el departamento de La Libertad hasta La Paz, donde se encuentra el aeropuerto internacional de El Salvador Oscar Arnulfo Romero.
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El creciente interés de los compradores, junto con la mejora en la seguridad, ha provocado un aumento en los precios de los inmuebles en la zona costera de El Salvador, lo que podría convertirse en otro desafío para el gobierno en el futuro.
"Ya arreglamos lo más urgente que era la seguridad, ahora vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía", declaró Bukele el 1 de junio, cuando recibió por segunda vez la banda presidencial al iniciar su segundo mandato.
Sin embargo, el país enfrenta una deuda pública de 30.173 millones de dólares, de los cuales casi 11.000 millones se han acumulado durante la gestión de Bukele. Esta deuda total equivale al 84 % del Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador.
Analistas coinciden en que gran parte de la economía salvadoreña se mantiene a flote gracias a los 8.000 millones de dólares en remesas que envían anualmente los salvadoreños que viven en el extranjero.
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