Una tormenta inundó las calles de Nueva Orleans y paralizó el tráfico el miércoles, mientras aumentaban las preocupaciones de que el clima empeore en los próximos días: un posible huracán podría impactar la costa del Golfo de México y elevar el nivel del río Mississippi al borde de los diques protectores de la ciudad.
La tormenta estuvo relacionada con una alteración atmosférica en el Golfo de México que los meteorólogos pronostican que se fortalezca hasta convertirse en huracán hacia el fin de semana. El Centro Nacional de Huracanes prevé que el sistema se convierta en depresión tropical para la mañana del jueves, en tormenta tropical hacia la noche y en huracán para el viernes.
Se espera que el sistema meteorológico que se agita en el Golfo de México se intensifique esta semana en la segunda tormenta tropical del año y, finalmente, el primer huracán del Atlántico en 2019 a medida que se acerca a la tierra, dijeron los meteorólogos.
También lea El huracán Bárbara se debilita sobre el océano PacíficoLos funcionarios de Nueva Orleans advirtieron que un huracán podría provocar una marejada costera en la desembocadura del río Mississippi, capaz de elevar la altura del río a 20 pies (6 metros) sobre el nivel del mar, lo suficientemente alto como para desbordar algunas secciones del sistema de diques que protegen la ciudad .
Es probable que la tormenta llegue a tierra al oeste de Nueva Orleans el sábado, dijo el especialista en huracanes del Servicio Nacional de Meteorología, Jack Beven.
Es probable que el sistema meteorológico del Golfo se desarrolle como mínimo en una tormenta tropical, que se llamaría Tormenta Tropical Barry, dijo Beven.
"El pronóstico hace que se convierta en un huracán, pero existe la posibilidad de que no sea así", dijo Beven por teléfono desde el Centro Nacional de Huracanes de Miami.
Una serie de tormentas eléctricas se extienden desde el interior del Golfo y azotaron Nueva Orleans, en donde se registraron hasta 18 centímetros (8 pulgadas) de lluvias durante un lapso de tres horas la mañana del miércoles, informaron las autoridades.
Mississippi y Texas también corren riesgo de recibir aguaceros torrenciales.
En Nueva Orleans, las calles se convirtieron en pequeños ríos de aguas rápidas que voltearon botes de basura y levantaron escombros de madera. El agua alcanzó las puertas de varios autos. Otros vehículos fueron abandonados. Personas a bordo de kayaks remaron en algunas de las calles.
Chandris Rethmeyer perdió su carro a causa de la inundación y tuvo que caminar por el agua que alcanzó una profundidad de 1,22 metros (4 pies) para ponerse a salvo. Iba camino a casa después de trabajar el turno nocturno cuando su vehículo quedó detrás de un accidente de tránsito en un túnel y el nivel del agua comenzó a aumentar.
“Me iba a sentar en el carro a esperar a que pasara la tormenta”, declaró. “Pero eché la mano hacia atrás para recoger el iPad de mi hijo y en lugar de eso puse la mano en un charco”.
Valerie R. Burton despertó el miércoles y el paisaje afuera de su casa parecía el de un lago.
“Había entre 3 y 4 pies (90 y 120 cm) de agua en las calles, subiendo por las aceras y en mi puerta. Así que fui con mis vecinos para avisarles y decirles que movieran sus autos”, dijo.
También lea Tormenta Bárbara alcanza fuerza de huracánEl gobernador John Bel Edwards declaró un estado de emergencia y se desplegarán a tropas de la Guardia Nacional y vehículos anfibios en toda la entidad en anticipación a los próximos aguaceros.
"Nadie debería tomar esta tormenta a la ligera", dijo en una conferencia de prensa.
Nueva Orleans ha sido azotada por tormentas devastadoras anteriormente, incluido el huracán Katrina de 2005, que dejó a la mayoría de las ciudades más grandes de Louisiana bajo el agua, mató a cientos de residentes y desplazó a 130,000 personas.
Los funcionarios de Nueva Orleans aconsejaron a los residentes que se abastecieran de agua potable, alimentos no perecederos y otros suministros de emergencia.