La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, enfatizó este lunes ante la audiencia de la XIX Conferencia mundial del SIDA que el gobierno no dejará de apoyar la lucha contra esta enfermedad para conseguir “una generación libre del mal”
Veinte mil personas esperaban su comparecencia en la segunda jornada de la XIX Conferencia mundial del SIDA. La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, consiguió este lunes 23 de julio ganarse a esa audiencia crítica con la política norteamericana en torno a los enfermos de VIH.
“Una de las razones por las cuales hemos avanzado tanto en la lucha contra el SIDA es porque siempre ha habido, en todo el mundo, personas insatisfechas con lo que ya hemos hecho”, reconoció frente a los asistentes.
Clinton probablemente se refería a la criticada política del presidente, Barack Obama, de reasignar fondos de EE.UU. para los servicios de lucha contra la enfermedad, que se combate en ese país desde organizaciones de investigación científica y asistencia a portadores del virus.
La secretaria de Estado enfatizó que el objetivo de EE.UU. es “una generación libre del mal”, y aseguro que, pese a las dudas sobre el compromiso de su país con los afectados por el VIH, “seguimos comprometidos, no hemos abandonado y no vamos a abandonar esta lucha hasta que alcancemos el hito de una generación libre del SIDA. Seguiremos trabajando sin pausa hasta que haya una cura o una vacuna”, explicó.
Para lograr esta meta, Clinton apostó por una estrategia que incluya el tratamiento, la prevención a través del uso de preservativos y de la aplicación de la circuncisión masculina, y el desarrollo de métodos para evitar el contagio de madre a hijo. El discurso de la secretaria de Estado concluyó entre ovaciones.
En la jornada del lunes, además, el presidente de Francia, François Hollande, remitió un mensaje grabado que se emitió en la cumbre, en el que apuntó que su gobierno tiene previsto “crear nuevas financiaciones suplementarias” para contribuir en los programas globales de lucha contra el SIDA; algo que podrá llevar a cabo gracias a “el impuesto sobre las transacciones financieras que mi país ha decidido incorporar desde el primero de agosto”, aclaró.
Asimismo, el presidente francés recalcó que, “en un contexto económico difícil, el compromiso de los Estados y de los donantes es indispensable”.
“Una de las razones por las cuales hemos avanzado tanto en la lucha contra el SIDA es porque siempre ha habido, en todo el mundo, personas insatisfechas con lo que ya hemos hecho”, reconoció frente a los asistentes.
Clinton probablemente se refería a la criticada política del presidente, Barack Obama, de reasignar fondos de EE.UU. para los servicios de lucha contra la enfermedad, que se combate en ese país desde organizaciones de investigación científica y asistencia a portadores del virus.
La secretaria de Estado enfatizó que el objetivo de EE.UU. es “una generación libre del mal”, y aseguro que, pese a las dudas sobre el compromiso de su país con los afectados por el VIH, “seguimos comprometidos, no hemos abandonado y no vamos a abandonar esta lucha hasta que alcancemos el hito de una generación libre del SIDA. Seguiremos trabajando sin pausa hasta que haya una cura o una vacuna”, explicó.
Para lograr esta meta, Clinton apostó por una estrategia que incluya el tratamiento, la prevención a través del uso de preservativos y de la aplicación de la circuncisión masculina, y el desarrollo de métodos para evitar el contagio de madre a hijo. El discurso de la secretaria de Estado concluyó entre ovaciones.
En la jornada del lunes, además, el presidente de Francia, François Hollande, remitió un mensaje grabado que se emitió en la cumbre, en el que apuntó que su gobierno tiene previsto “crear nuevas financiaciones suplementarias” para contribuir en los programas globales de lucha contra el SIDA; algo que podrá llevar a cabo gracias a “el impuesto sobre las transacciones financieras que mi país ha decidido incorporar desde el primero de agosto”, aclaró.
Asimismo, el presidente francés recalcó que, “en un contexto económico difícil, el compromiso de los Estados y de los donantes es indispensable”.