La Sociedad Interamericana de Prensa debate la situación de los periodistas en el continente y concluye que la violencia institucional llega a niveles sin precedentes en Venezuela.
Aunque el deterioro de la democracia ya era obvio en Venezuela, los periodistas independientes encaran en este momento su hora más “terrible”, según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En uno de los informes que analiza la SIP en su reunión semestral este fin de semana en Barbados, señala que los niveles de violencia social e institucional son hoy en día “sin precedentes” en Venezuela.
Especialmente, precisa, después de que el gobierno retiró al país del sistema interamericano de derechos humanos y el presidente (Nicolás Maduro) fue “dotado de poderes para emitir leyes por decreto, sin debate público o en el parlamento”.
Tras señalar que la mayoría de los detenidos durante las protestas populares en Venezuela no gozan de “plena libertad”, señala que entre ellos han figurado 105 periodistas, que además fueron amenazados, golpeados o injuriados.
Los medios de trabajo de algunos de ellos fueron confiscados o les borraron las fotografías que tomaron, agrega, abusos en su mayoría cometidos por policías, militares o los llamados “colectivos”, grupos de civiles armados al servicio del gobierno.
Esas milicias, subraya, han estado vandalizando desde 2012 oficinas de medios de prensa y asaltando a periodistas.
También destaca que el gobierno de Maduro, como forma de silenciarlos, ha cortado las vías a innumerables medios de prensa independientes para poder importar papel, enumera los casos y alerta que varios de ellos no podrán sobrevivir más allá de dos meses.
El informe resalta como positivos los gestos de la asociación ANDIARIOS de crear una página web para que medios de toda Latinoamérica puedan difundir información sobre Venezuela, y la decisión de periódicos colombianos de suministrar papel a sus colegas venezolanos.
En uno de los informes que analiza la SIP en su reunión semestral este fin de semana en Barbados, señala que los niveles de violencia social e institucional son hoy en día “sin precedentes” en Venezuela.
Especialmente, precisa, después de que el gobierno retiró al país del sistema interamericano de derechos humanos y el presidente (Nicolás Maduro) fue “dotado de poderes para emitir leyes por decreto, sin debate público o en el parlamento”.
Tras señalar que la mayoría de los detenidos durante las protestas populares en Venezuela no gozan de “plena libertad”, señala que entre ellos han figurado 105 periodistas, que además fueron amenazados, golpeados o injuriados.
Los medios de trabajo de algunos de ellos fueron confiscados o les borraron las fotografías que tomaron, agrega, abusos en su mayoría cometidos por policías, militares o los llamados “colectivos”, grupos de civiles armados al servicio del gobierno.
Esas milicias, subraya, han estado vandalizando desde 2012 oficinas de medios de prensa y asaltando a periodistas.
También destaca que el gobierno de Maduro, como forma de silenciarlos, ha cortado las vías a innumerables medios de prensa independientes para poder importar papel, enumera los casos y alerta que varios de ellos no podrán sobrevivir más allá de dos meses.
El informe resalta como positivos los gestos de la asociación ANDIARIOS de crear una página web para que medios de toda Latinoamérica puedan difundir información sobre Venezuela, y la decisión de periódicos colombianos de suministrar papel a sus colegas venezolanos.