El gobierno del presidente sirio Bashar Assad enfrentó el jueves una creciente presión internacional después del ataque con armas químicas perpetrado en el norte de Siria, e incluso su aliado Rusia dijo que su apoyo no era incondicional.
Mientras tanto, Turquía dijo que muestras tomadas a víctimas del ataque del martes, el cual ocasionó la muerte de más de 80 personas en la ciudad de Khan Sheikhoun, indican que estuvieron expuestas a gas sarín, una sustancia sumamente tóxica.
Siria rechazó las acusaciones, y Moscú se manifestó en contra de señalar culpables antes de que se realice una investigación.
Estados Unidos señaló que espera que se realice una votación la tarde del jueves sobre una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaría el ataque químico.
Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, dijo en una entrevista con The Associated Press que "el apoyo incondicional no es posible en este mundo actual".
Pero agregó que "no es correcto decir que Moscú puede convencer al señor Assad de hacer lo que Moscú quiera; eso es totalmente equivocado".
Rusia ha proporcionado apoyo militar al gobierno de Siria desde septiembre de 2015, cambiando el balance de poder a favor de Assad.
Moscú ha utilizado su poder de veto en el Consejo de Seguridad en varias ocasiones desde que inició la guerra civil siria hace seis años para evitar sanciones contra Damasco.
Las dos naciones "gozan de una relación de cooperación, de intercambio de puntos de vista y de total apoyo mutuo", dijo Peskov, un portavoz del presidente ruso Vladimir Putin.
Assad y su ejército son "el único poder real en Siria que puede oponer resistencia a los terroristas en el terreno", señaló.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que los agentes tóxicos se liberaron cuando un bombardeo sirio alcanzó un arsenal de armas químicas de los rebeldes y una fábrica de municiones al este de Khan Sheikhoun.
"Manifiesto, una vez más, que el Ejército Sirio Árabe no utilizó ni utilizará tales armas, incluso contra los terroristas que están atacando a nuestro pueblo", dijo a reporteros en Damasco el ministro de Relaciones Exteriores sirio Walid Moallem.
El presidente estadounidense Donald Trump condenó el ataque, dijo que había cruzado "muchas, muchas líneas", y culpó a las fuerzas de Assad. El jueves, a bordo del avión presidencial Air Force One, Trump no quiso decir qué podría hacer Estados Unidos en respuesta. Dijo que el ataque "no debó haber ocurrido, y no debió permitirse que ocurriera".
El miércoles, su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, hizo una fuerte insinuación de que habría algunas acciones de Estados Unidos si el Consejo de Seguridad no actúa.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan espera que Trump tome medidas militares, según un reporte de la agencia estatal de noticias turca Anadolu.
Erdogan dijo que Turquía estaría preparada para hacer "lo que nos corresponda" para apoyar una posible acción militar, reportó la agencia.
En la Organización de las Naciones Unidas, Estados Unidos, que tiene actualmente la presidencia del Consejo de Seguridad, bosquejó una resolución junto con Gran Bretaña y Francia que condena "en los términos más enérgicos" el uso de armas químicas, particularmente en el ataque de Khan Sheikhoun.