El Pentágono ha abandonado sus esfuerzos por entrenar y equipar rebeldes siros moderados en un reconocimiento de que no se ha cumplido el objetivo de construir una fuerza capaz de hacer frente al grupo Estado islámico.
El programa de $500 millones está siendo “reorientado para mejorar la efectividad”, equipando y capacitando a un grupo selecto de líderes de oposición y unidades “validadas”.
El secretario de Defensa, Ashton Carter, dijo lo que Estados Unidos ha hecho con las fuerzas kurdas en el norte de Siria es un ejemplo de un enfoque efectivo.
El plan original con los rebeldes sirios nunca funcionó y el Pentágono tuvo que reconocer que la primera y única tanda de soldados entrenados por Estados Unidos terminó con la muerte de muchos de ellos, la captura de otros y la desbandada del resto.
El general Lloyd Austin, jefe del Comando Central testificó en el Congreso que solo “cuatro o cinco” de esos combatientes continuaban en Siria.
Los funcionarios de Defensa aseguraron que en lugar de insistir en reclutar rebeldes moderados para formar unidades del tamaño de una brigada y luego soltarlos contra ISIL, el nuevo plan consistirá en entrenar “intermediarios” que se comuniquen con la aviación estadounidense y pidan bombardeos.
El cambio de planes coincide con el inicio de la agresiva intervención rusa en Siria, con aviones y helicópteros, misiles lanzados desde barcos y tropas que están ayudando a sostener al régimen de Bashar al-Assad.
Los rebeldes del Ejército Siria Libre repelieron una ofensiva lanzada el miércoles por las fuerzas leales a Assad, a pesar de que se vieron repetidamente bajo el bombardeo de aviones rusos.