Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el país se encuentra inmerso en un “conflicto armado no internacional”. Rusia podría ser la clave para aprobar una intervención de la comunidad internacional
Primero fue la ONU y ahora el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Ya son dos los organismos internacionales de prestigio que han corroborado que Siria vive un “conflicto armado no internacional”, la fórmula más típica para referirse al estallido de una guerra civil.
La Cruz Roja, que continúa prestando ayuda humanitaria en el terreno, ya había sugerido hace unas semanas que existía “un conflicto armado interno” en algunas zonas concretas de Siria, pero con este anuncio se extiende a toda la nación, lo que implica que el derecho internacional humanitario se aplicará en todos los focos del país donde haya violencia armada.
El anuncio de la Cruz Roja, que podría implicar actuaciones contra posibles crímenes de guerra perpetrados contra civiles y detenidos, se produjo después de que un grupo de observadores de las Naciones Unidas visitara el poblado de Tremse este domingo, donde fallecieron decenas de personas en un ataque del régimen, que, según las Naciones Unidas, estaba dirigido a desertores del ejército y activistas.
El organismo internacional relató que miembros de las tropas del régimen fueron de puerta en puerta en el poblado y verificaron los documentos de sus habitantes, algunos de los cuales se llevaron o asesinaron. “Se encontraron charcos de sangre y rastros de sesos en varias viviendas”, apuntó la ONU en un comunicado.
Desde el gobierno sirio se negaron estas acusaciones: “Lo que sucedió no fue un ataque contra civiles”, afirmó el portavoz de la cancillería, Jihad Makdissi, asegurando que la operación se llevó a cabo contra combatientes armados que habían tomado la aldea.
También negó que en el ataque se utilizase armamento de grueso calibre, algo que la ONU confimó a través de unos monitores estacionados cerca de Tremse, que fueron testigos del uso de armas pesadas y artillería por parte del ejército del régimen.
Rusia se pronuncia
Rusia y China siguen constituyendo los principales opositores a la imposición de sanciones al régimen sirio. El Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró este lunes que es “irreal” intentar convencer a Al Asad de que dimita, porque “no se irá, ya que una parte muy importante de la población siria le respalda”.
Lavrov consideró que, para que el conflicto en Siria cese, es clave obligar a todas las partes beligerantes a cesar las hostilidades de manera simultánea, bajo la supervisión de los observadores internacionales.
Además, acusó a las potencias occidentales de ejercer un "chantaje" para que Rusia acepte las sanciones y evite que, en caso contrario, se prolongue el mandato de la misión de observadores en Siria.
"Si nuestros socios tienen el propósito de bloquear nuestra resolución, la misión (de observadores) de la ONU no tendrá mandato y tendrá que abandonar Siria. Sería lamentable", dijo, para agregar que “nosotros aceptaremos cualquier decisión que adopte el pueblo sirio sobre quién gobernará Siria, pero debe ser una decisión de los propios sirios".
En este sentido, el ministro aseguró no respaldar a Bachar al Asad, sino a los acuerdos internacionales: “Nosotros apoyamos lo que hemos acordado todos: el plan de Kofi Annan, la resolución del Consejo de Seguridad y el comunicado de Ginebra”, declaró en oposición al reciente proyecto de creación de un órgano gubernamental de transición por parte de Naciones Unidas, que incluya a las autoridades y a la oposición, para acabar con el conflicto.
Las Naciones Unidas podrían hacer público este lunes un comunicado de rechazo contra la situación en Siria, en el que falta aún la firma de un solo país del que se desconoce su identidad.
La Cruz Roja, que continúa prestando ayuda humanitaria en el terreno, ya había sugerido hace unas semanas que existía “un conflicto armado interno” en algunas zonas concretas de Siria, pero con este anuncio se extiende a toda la nación, lo que implica que el derecho internacional humanitario se aplicará en todos los focos del país donde haya violencia armada.
El anuncio de la Cruz Roja, que podría implicar actuaciones contra posibles crímenes de guerra perpetrados contra civiles y detenidos, se produjo después de que un grupo de observadores de las Naciones Unidas visitara el poblado de Tremse este domingo, donde fallecieron decenas de personas en un ataque del régimen, que, según las Naciones Unidas, estaba dirigido a desertores del ejército y activistas.
El organismo internacional relató que miembros de las tropas del régimen fueron de puerta en puerta en el poblado y verificaron los documentos de sus habitantes, algunos de los cuales se llevaron o asesinaron. “Se encontraron charcos de sangre y rastros de sesos en varias viviendas”, apuntó la ONU en un comunicado.
Desde el gobierno sirio se negaron estas acusaciones: “Lo que sucedió no fue un ataque contra civiles”, afirmó el portavoz de la cancillería, Jihad Makdissi, asegurando que la operación se llevó a cabo contra combatientes armados que habían tomado la aldea.
También negó que en el ataque se utilizase armamento de grueso calibre, algo que la ONU confimó a través de unos monitores estacionados cerca de Tremse, que fueron testigos del uso de armas pesadas y artillería por parte del ejército del régimen.
Rusia se pronuncia
"Al Asad no se irá porque
una parte importante de los sirios le respaldan"Serguéi Lavrov, Ministro de Exteriores de Rusia
Rusia y China siguen constituyendo los principales opositores a la imposición de sanciones al régimen sirio. El Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró este lunes que es “irreal” intentar convencer a Al Asad de que dimita, porque “no se irá, ya que una parte muy importante de la población siria le respalda”.
Lavrov consideró que, para que el conflicto en Siria cese, es clave obligar a todas las partes beligerantes a cesar las hostilidades de manera simultánea, bajo la supervisión de los observadores internacionales.
Además, acusó a las potencias occidentales de ejercer un "chantaje" para que Rusia acepte las sanciones y evite que, en caso contrario, se prolongue el mandato de la misión de observadores en Siria.
"Si nuestros socios tienen el propósito de bloquear nuestra resolución, la misión (de observadores) de la ONU no tendrá mandato y tendrá que abandonar Siria. Sería lamentable", dijo, para agregar que “nosotros aceptaremos cualquier decisión que adopte el pueblo sirio sobre quién gobernará Siria, pero debe ser una decisión de los propios sirios".
En este sentido, el ministro aseguró no respaldar a Bachar al Asad, sino a los acuerdos internacionales: “Nosotros apoyamos lo que hemos acordado todos: el plan de Kofi Annan, la resolución del Consejo de Seguridad y el comunicado de Ginebra”, declaró en oposición al reciente proyecto de creación de un órgano gubernamental de transición por parte de Naciones Unidas, que incluya a las autoridades y a la oposición, para acabar con el conflicto.
Las Naciones Unidas podrían hacer público este lunes un comunicado de rechazo contra la situación en Siria, en el que falta aún la firma de un solo país del que se desconoce su identidad.