La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo que sería un error dar inmunidad a los responsables de matanzas en ese país a cambio de que dejen el poder.
La más alta funcionaria de Naciones Unidas para los derechos humanos declaró este sábado que no habrá amnistía para los graves crímenes cometidos en Siria, aún cuando la advertencia a sus autores de que serán juzgados por la ley los haga aferrarse al poder a toda costa hasta el último momento.
Navi Pillay, alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo que sería erróneo que los líderes mundiales que buscan una solución a la crisis siria apliquen fórmulas políticas que desconozcan las leyes internacionales.
“No puede haber amnistía para los crímenes graves. De manera que mi mensaje es muy claro, tiene que exigirse responsabilidades”, dijo Pillay a la agencia AP interrogada sobre la posibilidad de que al gobernante sirio Bashar al Assad se le permita dejar el poder a cambio de inmunidad.
El enviado especial de la ONU, Kofi Annan, afirmó en Doha, Qatar, donde sostuvo conversaciones con funcionarios de la Liga Árabe, que “el espectro de una guerra civil generalizada, con preocupantes dimensiones sectarias, crece por día en Siria”.
Según Annan, la crisis en ese país está en “un momento crítico” y volvió a demandar al régimen sirio que cumpla los compromisos contraídos con el plan de paz de la ONU, incluida la apertura de corredores para prestar asistencia humanitaria a la población civil.
El primer ministro de Qatar, el jeque Hamid bin Jassim Al Thani, urgió a la ONU a fijar una fecha límite para que Damasco cumpla con el plan de Annan so pena de invocar el Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, que contempla la posibilidad de una acción militar.
“No podemos seguir estancados”, dijo el jeque luego de una reunión de emergencia de cancilleres de la Liga Árabe para discutir la situación en Siria.
El secretario general de la Liga, Nabil Elaraby, sugirió la posibilidad de que los miembros de la misión de países del bloque que se hallan como observadores en Siria puedan transformarse en una fuerza de paz al estilo de los cascos azules de la ONU.
Hasta ahora, Rusia y China, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se han opuesto tajantemente a la posibilidad de una intervención militar internacional en Siria para detener las matanzas de civiles.
Navi Pillay, alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dijo que sería erróneo que los líderes mundiales que buscan una solución a la crisis siria apliquen fórmulas políticas que desconozcan las leyes internacionales.
“No puede haber amnistía para los crímenes graves. De manera que mi mensaje es muy claro, tiene que exigirse responsabilidades”, dijo Pillay a la agencia AP interrogada sobre la posibilidad de que al gobernante sirio Bashar al Assad se le permita dejar el poder a cambio de inmunidad.
El enviado especial de la ONU, Kofi Annan, afirmó en Doha, Qatar, donde sostuvo conversaciones con funcionarios de la Liga Árabe, que “el espectro de una guerra civil generalizada, con preocupantes dimensiones sectarias, crece por día en Siria”.
Según Annan, la crisis en ese país está en “un momento crítico” y volvió a demandar al régimen sirio que cumpla los compromisos contraídos con el plan de paz de la ONU, incluida la apertura de corredores para prestar asistencia humanitaria a la población civil.
El primer ministro de Qatar, el jeque Hamid bin Jassim Al Thani, urgió a la ONU a fijar una fecha límite para que Damasco cumpla con el plan de Annan so pena de invocar el Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, que contempla la posibilidad de una acción militar.
“No podemos seguir estancados”, dijo el jeque luego de una reunión de emergencia de cancilleres de la Liga Árabe para discutir la situación en Siria.
El secretario general de la Liga, Nabil Elaraby, sugirió la posibilidad de que los miembros de la misión de países del bloque que se hallan como observadores en Siria puedan transformarse en una fuerza de paz al estilo de los cascos azules de la ONU.
Hasta ahora, Rusia y China, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se han opuesto tajantemente a la posibilidad de una intervención militar internacional en Siria para detener las matanzas de civiles.