Maniatados, con signos de posible tortura y agrupados, la policía de Michoacán, México encontró ayer 15 cadáveres a la orilla de una carretera.
Esta ha sido unas de las mayores ejecuciones desde que 24 hombres fueron atados y asesinados en Ciudad de México, el pasado mes de septiembre.
Aunque las autoridades no lo han confirmado, las sangrientas escenas se vinculan con otra masacre ocurrida el jueves de la semana pasada.
De la misma manera que el 9 de julio se encontraron notas junto a cuatro cuerpos, esta vez las autoridades encontraron dos cartulinas en que se leía; "Saludos Mauro Jiménez y César Estrada" y la otra, "Vengan por otro, los estamos esperando".
Pese a la ausencia de confirmaciones, la ola de asesinatos se atribuye al mismo autor revelado a través de la primera cartulina del primer homicidio, esta indicaba que era “la rebelión matazetas”.
Además, la policía sostiene que estas masacres son productos de una disputa entre el cartel de El Golfo y el cartel La Familia.
Este fin de semana también ocurrieron una serie de ataques, en Michoacán, que dejaron cinco policías y dos soldados muertos. La policía indica que los narcotraficantes buscaban vengarse por el arresto de uno de los integrantes más importantes de ‘La Familia’.
En el distrito de Michoacán se han desplegado militares y policías federales como parte de un operativo federal contra el crimen organizado, conflicto que causó 7.700 muertes violentas desde 2008.
Mientras tanto la organización Human Rights Watch pidió al Departamento de Estado de Estados Unidos que no certifique que México cumple con los requisitos de derechos humanos de la Iniciativa de Mérida.
El director ejecutivo para la división de las americas de la Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, habló con la Voz de América sobre la crisis que afecta a México y las acciones que se deberían tomar: