Desafiando el discurso tradicional, los presidentes de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica: El Salvador, Guatemala y Honduras abogaron, ante la 77ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la urgencia de que las naciones que gobiernan funcionen en soberanía e independencia.
Sin mencionar países en concreto, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, usó la figura del “vecino muy, muy rico, cuya casa es un gigantesco palacio” que, además de gobernar ese palacio, buscar incidir en la casa de su “vecino pobre”.
“Es requisito indispensable que los poderosos respeten nuestra libertad. (…) vengo de un pueblo donde nuestro destino siempre fue controlado por otros. Lo que (los vecinos) no pueden hacer es venir a mandar a nuestra casa y no solo porque es nuestra sino porque no tendría sentido deshacer lo que estamos logrando en poquísimo tiempo”, dijo Bukele, en un discurso de 15 minutos.
Tanto en El Salvador como en el exterior se ha criticado la política de la lucha contra las pandillas. Desde marzo de este año, el país centroamericano mantiene un régimen de excepción que suma 52.000 capturados y al menos 73 reos fallecidos en poder del Estado.
Pero lo que resuena en algunas organizaciones de derechos humanos es la captura de personas que no tienen relación con pandillas. Algo que el gobierno de El Salvador ha justificado como un “daño colateral”, en medio de un fenómeno de seguridad que lleva más de dos décadas acechando el país centroamericano.
“Si los países poderosos nos ayudan o al menos si no nos quieren ayudar que no estorben, cada pueblo debería encontrar su propio camino y cada pueblo encontrará amigos en la búsqueda de ese camino”, agregó el presidente de 41 años, quien dejó de lado el Bitcoin, aprobado como ley hace un año y el anuncio de su candidatura a presidente al terminar su mandato.
También lea Con fuertes críticas y reclamos, presidentes de América Latina exponen sus preocupaciones en la ONUEl presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, fue un tanto más escueto en su discurso sobre la soberanía. Aun así sostuvo ante la ONU que “ningún país, organización o entidad multilateral puede ni debe intervenir en los asuntos internos de otros países”.
“La soberanía de los Estados es fundamental en las relaciones bilaterales y multilaterales. No importa lo grandes o pequeños que sean los países, las relaciones deben estar basadas en el trato respetuoso”, dijo.
Reclamó a la ONU ser “más activa” en evitar la confrontación entre países, y apeló por la libertad de Israel y Ucrania, y el reconocimiento de China Taiwán como nación.
Giammattei, al igual que Bukele, habló de la “transformación” del organismo internacional, y pidió cambios “profundos” en el Consejo de Seguridad los cuales garanticen “el respeto a la soberanía, la integridad territorial y la libre determinación de los pueblos…”.
Mientras que Bukele, de El Salvador, dijo “no creer” en el formato en que se realiza la Asamblea, pero sí comparte en uno de los principios con los que se fundó la ONU: “la libre determinación de los pueblos”.
No obstante, Guatemala no habló solo de soberanía. En su discurso, Giammattei dijo que hay “culpables” de la inseguridad alimentaria, la pandemia del COVID-19 y el cambio climático que acecha al mundo; y pidió que esos “auténticos responsables de la catástrofe, respondan con soluciones a lo que ellos han ocasionado”.
En torno a la migración, que al igual que Honduras y El Salvador arrojan miles de migrantes rumbo hacia Estados Unidos, Guatemala pidió a los gobiernos vecinos trabajar en una legislación necesaria para el abordaje de la misma.
Estados Unidos lleva años enfrentándose a constantes oleadas de migrantes provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras, quienes en un afán de mejorar su economía o de solo huir de la violencia, deciden migrar al país norteamericano.
En agosto, la patrulla fronteriza detuvo a 157.921 migrantes, lo que significa un aumento del 2,2 % en la cantidad de “encuentros únicos” comparado con el mes anterior.
Honduras habló de Cuba y Venezuela
Xiomara Castro, quien asumió la presidencia de Honduras el pasado 27 de enero de 2022, dijo que la inseguridad, las caravanas migrantes y otros problemas en Honduras son responsabilidad de los trece años de “dictadura” que atravesó el país centroamericano bajo la tutela de “la comunidad internacional”.
“Queremos vivir en paz”, habló, “no sigan tratando de desestabilizar a Honduras y dictar sus medidas o escoger con quiénes debemos relacionarnos. El pueblo (de Honduras) es soberano”, puntualizó Castro sin mencionar países u organizaciones a quienes iba dirigido su discurso.
También lea ¿Cuáles son los temas de América Latina en la 77 Asamblea General de la ONU?Parafraseando a la líder indígena Berta Cáceres, en la última parte de su intervención, Castro agregó la frase: “¡Pueblos del mundo, aún estamos a tiempo”, refiriéndose a lo que considera un “infame y brutal bloqueo” a Cuba y una “agresión” sobre lo que ocurre en Venezuela.
“… somos países invadidos, pregonamos el retorno al respeto, a la autodeterminación de los pueblos rechazando el infame y brutal bloqueo al pueblo de la hermana república de Cuba. Es tiempo de discutir seriamente la multipolaridad del mundo”, dijo.
Castro pregona un "socialismo democrático" que busca despenalizar el aborto, reducir las comisiones que cobran los bancos a las remesas y crear una comisión en contra de la corrupción. Este último, planteado ante la ONU.
Un discurso de los años 70
Recurrir al discurso en pro de la soberanía y de la independencia lo hacen presidentes que, a criterio del abogado Wilson Sandoval, se encuentran en una "situación incómoda" frente a la comunidad internacional.
"Quienes han venido utilizando estos elementos a nivel discursivo son populistas o dictadores consumados, por ejemplo, la administración venezolana de Nicolás Maduro y Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega que apelaban a la soberanía en un contexto donde han violado derechos humanos de forma constante", señaló a la Voz de América, Sandoval.
Por ello, apelar a la independencia, siendo países consignatarios de instrumentos de derecho internacional como la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción o el Pacto Internacional de Derechos Civiles, Económicos, Sociales y Culturales, entre otros, no congenia con lo solicitado, expuso el abogado y también coordinador del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción de El Salvador (ALAC), oficina que forma parte de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE).
"Los Estados Unidos o la Unión Europea están obligados a señalar el incumplimiento de estos derechos, entonces no pueden (los presidentes) hablar de soberanía o independencia cuando no cumplen los mínimos que han asumido frente a la comunidad internacional en los pactos o convenciones. Claro, incomoda, y como incomoda, se quiere atacar", puntualizó.
El abogado Eduardo Escobar destacó que el discurso de los mandatarios se trató de un discurso "anacrónico".
"Ese fue un discurso de los años 70, el querer anteponer a los compromisos internacionales en materia de derechos humanos la soberanía nacional. El nuevo paradigma, a nivel internacional, es el respeto a los derechos humanos y la democracia. Ya no es la soberanía de los estados", aseguró Escobar en una entrevista con la Voz de América.
El también director de la organización salvadoreña Acción Ciudadana dijo que no aplica decirle a los Estados "no se metan en lo que estoy haciendo", pues si esas acciones involucran "violar derechos humanos, violar la democracia, pues obviamente la comunidad internacional sí tiene algo que decir y no es un argumento válido invocar soberanía para violar derechos humanos", concluyó.
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