Docenas de soldados estadounidenses han sido desplegados en Mogadiscio, capital de Somalia, para entrenar y equipar a las fuerzas somalíes y de la AMISOM (Misión de la Unión Africana en Somalia) que combaten a los extremistas en ese país, dijeron funcionarios militares estadounidenses a la Voz de América.
La llegada de las tropas marca la primera presencia de fuerzas militares estadounidenses en Somalia —salvo una pequeña unidad de asesores en contraterrorismo— desde marzo de 1994, cuando Estados Unidos se retiró de la operación de intervención de la ONU en el devastado en ese devastado país.
Ese repliegue se realizó cinco meses después que 18 soldados de las fuerzas especiales fueron muertos en una batalla contra milicianos somalíes que inspiró la película "Black Hawk Down" o "La caída del halcón negro".
"El Comando de África de Estados Unidos llevará a cabo varios eventos de cooperación de seguridad y/o de asistencia con las fuerzas de seguridad en Somalia para ayudar a nuestros aliados y socios", dijo el portavoz del Comando de Estados Unidos, Pat Barnes, a la VOA el jueves.
La medida es otra muestra de la de los esfuerzos estadounidenses por ayudar a combatir el extremismo violento en todo el mundo, dijo un segundo oficial militar. El objetivo de la operación es fortalecer la capacidad de los socios y ayudar a mejorar la logística de las fuerzas locales que luchan contra el grupo militar al-Shabab.
Unas pocas docenas de tropas de la 101ª División Aerotransportada de Ft. Campbell, Kentucky, llegó a Mogadiscio el 2 de abril a petición del gobierno somalí, dijo a VOA un oficial militar estadounidense.
El equipo está llevando a cabo una misión de entrenamiento-equipamiento que se espera que dure hasta finales de septiembre, según el funcionario.
El ex vicesecretario de Defensa, Rudy DeLeon, miembro del Centro para el Progreso Americano, dijo que el equipo estadounidense ayudará a inculcar el profesionalismo y la disciplina que la fuerza local puede utilizar para generar seguridad.
"Les da las herramientas para ayudarse a sí mismos", dijo DeLeon en una entrevista con la VOA.
Estados Unidos suele tener una pequeña unidad de entre 3 y 50 soldados estadounidenses en Somalia que apoya las relaciones ejército a ejército entre los los dos países y asesora y ayuda a las tropas somalíes.
Los recién llegados de la 101ª División Aerotransportada no se sumarán a la misión de los estadounidenses que se encuentran actualmente en Somalia, dijo un funcionario militar, pero "habrá cierto traslape".
La semana pasada, el presidente somalí, Mohamed Abdullahi Mohamed, pidió a los combatientes de al-Shabab que se rindieran en un plazo de 60 días a cambio de educación y empleo.
Días después, un coche bomba estalló cuando funcionarios de alto nivel salían de una base militar en Mogadiscio, matando al menos a 15 personas y destruyendo un minibús que transportaba a civiles, dijo el ejército somalí. Los militantes de al-Shabab se responsabilizaron del atentado.
Batalla de Mogadishu
La misión de las tropas enviadas desde la 101ª División Aerotransportada no es nada comparada al papel de mantenimiento de paz de Estados Unidos en el país más hace dos décadas.
A principios de los años noventa, las Naciones Unidas intentaron proporcionar y asegurar el socorro humanitario en Somalia mientras supervisaban un alto el fuego negociado por las Naciones Unidas en la Guerra Civil Somalí.
Estados Unidos desplegó miles de soldados estadounidenses para llevar a cabo estas misiones de mantenimiento de la paz. A finales de 1993, la misión se había expandido para tratar de restablecer un gobierno en Somalia.
Un equipo estadounidense de operaciones especiales fue enviado a Mogadiscio el 3 de octubre para capturar a dos altos tenientes de un señor de la guerra llamado Mohammed Aidid.
Durante la misión, dos helicópteros Black Hawk que sobrevolaban la ciudad fueron abatidos a tiros y fuego de lanzagranadas. Los hombres enviados para auxiliar a los soldados caídos quedaron también atrapados y bajo intenso fuego en otro lugar, y se produjo una batalla de 15 horas en la que murieron 18 estadounidenses y cientos de somalíes.
Días después, el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, anunció el retiro de todas las fuerzas de combate estadounidenses de Somalia.
Estados Unidos no ha enviado tropas de combate para misiones de mantenimiento de la paz a ese país desde entonces.