Sprint contra el monopolio

EE.UU. se encuentra en medio de un debate por una negociación entre compañías de telefonía celular que podría reducir la competencia a dos proveedoras.

Las investigaciones de los reguladores estadounidenses sobre la compra de T-Mobile por parte de AT&T siguen creando debate y preocupación, especialmente para Sprint.

AT&T planea adquirir T-Mobile USA por $39 mil millones de dólares, negociación a la cual Sprint, principal competencia de T-Mobile, se opuso formalmente.

La transacción requiere la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones y el Departamento de Justicia.

Si la compra se concluye, la industria de las telecomunicaciones inalámbricas en Estados Unidos quedará en manos de dos compañías, AT&T y Verizon.

“Me preocupa que este cambio afecte el área de la innovación y que deje demasiado poder en dos empresas”, dijo a The Wall Street Journal, Dan Hesse, gerente general de Sprint.

Las acciones de Sprint, que por cantidad de clientes se convertiría en la compañía más pequeña en competencia, bajaron en un 14% al conocerse la oferta de AT&T.

Algunos expertos afirman que Sprint se verá forzada a hacer una gran inversión en tecnología para empezar a ofrecer telefonía de 4G, siguiendo los pasos de AT&T and Verizon. Otros opinan que para Sprint la mejor solución sería asociarse con una compañía de cable.