El expresidente Donald Trump aún no ha anunciado la identidad de su compañero de fórmula para la vicepresidencia, pero informes de los medios y sugerencias de la campaña del exmandatario sugieren que podría hacerlo desde ahora hasta la Convención de Nacional Republicana a fines de julio.
Si bien Trump ciertamente podría tomar una decisión inesperada, la mayoría de los informes sugieren que ha reducido su búsqueda a unos cinco posibles compañeros de fórmula. Los tres primeros incluyen a dos senadores estadounidenses en ejercicio, Marco Rubio y JD Vance, y un gobernador en ejercicio: Doug Burgum de Dakota del Norte.
También se dice que están bajo consideración el senador Tim Scott y la representante Elise Stefanik.
Los posibles candidatos aportarían diferentes experiencias y puntos fuertes a la fórmula presidencial republicana. Algunos habían criticado duramente a Trump, pero se alinearon con él después de que la base republicana apoyara al exmandatario como nominado del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de 2016.
La elección es importante para la campaña de Trump, señaló William A. Galston, investigador principal del Brookings Institution, un centro de pensamiento con sede en Washington.
"El imperativo político es la versión política del juramento hipocrático: no hacer daño", dijo Galston a la Voz de América. "Porque si eliges a alguien cuyos defectos salen a la luz rápidamente después del anuncio, pagarás un alto precio político".
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Opciones estratégicas
Otras opciones estratégicas –más allá de garantizar que el candidato no dañe la campaña– han ayudado a guiar la elección de los candidatos a la vicepresidencia en el pasado.
En ocasiones, esta decisión se utiliza para "sanar una brecha" entre dos facciones del partido del presidente. Galston señaló que la grieta más grave en el Partido Republicano es la que existe entre los partidarios de Trump y los votantes que prefirieron a la exgobernadora Nikki Haley en las primarias republicanas. Trump parece no haber hablado con ella después de que ella se retiró, y sanar esa diferencia no parece ser su prioridad.
En ocasiones, los candidatos eligen socios ideológicos cercanos que reflejan sus opciones políticas, o eligen socios de gobierno: líderes experimentados y estables que aportan un aura de competencia a la fórmula, y otros eligen compañeros de fórmula que atraen a una parte del público votante a la que, de otro modo, el candidato podría tener dificultades para llegar.
Estadounidense de primera generación
De los tres candidatos principales, Rubio es el más conocido en Washington. Abogado de profesión, se ha desempeñado en gobiernos a nivel municipal, estatal y nacional por más de 25 años, los últimos 13 de ellos en el Senado. Es vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado y sirvió como presidente cuando los republicanos controlaban el Senado.
Rubio, de 53 años, está casado y tiene cuatro hijos. Es nativo de Miami e hijo de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos desde Cuba antes de la revolución comunista de ese país. En general, es agresivo en cuestiones de seguridad nacional.
Como candidato en las primarias presidenciales republicanas de 2016, Rubio fue un crítico mordaz de Trump, a quien describió como un "estafador" y una "vergüenza". Desde entonces se ha convertido en uno de los más acérrimos partidarios del expresidente en el Congreso.
"Rubio es sin duda el más conocido, y en realidad aporta más que [Vance y Burgum]", dijo a la VOA Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia. "Tendremos que ver cuánto aporta, pero habla español. Es cubanoamericano. Y los latinos se han estado alejando hasta cierto punto de los demócratas".
Mensajero eficaz
Vance es el menos experimentado en política, ya que ha trabajado en el Senado desde enero de 2023 y no ha ocupado ningún cargo electivo antes de eso. Originario de Ohio, tiene 39 años, está casado y tiene tres hijos. Se alistó en la Infantería de Marina después de la secundaria y sirvió en la guerra de Irak antes de obtener una licenciatura y un título en derecho.
Vance llamó la atención del público por primera vez en 2016 cuando publicó su libro más vendido, "Hillbilly Elegy: A Memoir of a Family and Culture in Crisis", que analizaba la cultura y las patologías sociales del Rust Belt de Estados Unidos. Más tarde, Vance se convirtió en capitalista de riesgo antes de postularse para el Senado en 2022.
Vance también fue un duro crítico de Trump en los primeros años del expresidente en política, una vez se describió a sí mismo como un republicano "Never Trump" o "Nunca Trump" y se refirió al exmamdatario como "heroína cultural".
También lea Biden y Trump se enfrentarán en un debate presidencial de 90 minutosAl igual que Rubio, también se convirtió en un firme partidario de Trump después de que el expresidente asumiera con éxito el control del Partido Republicano.
Galston, del Brookings Institute, dijo que Vance no aporta un beneficio electoral obvio a la fórmula, ya que es muy probable que su estado natal vote por Trump.
Sin embargo, afirmó, "Vance sería un mensajero eficaz del mensaje de Trump, aunque Vance es lo suficientemente inteligente como para cometer el error ocasional de pensar por sí mismo. De vez en cuando podría haber alguna fricción, pero no duraría".
Competencia tranquila
Burgum, de 67 años, es nativo de Dakota del Norte y ha servido dos mandatos como gobernador del estado, desde finales de 2016 hasta el presente. Ha indicado que no buscará un tercero. Tiene tres hijos de su primer matrimonio que terminó en 2003. Se volvió a casar en 2016.
Burgum, un rico hombre de negocios, ha creado varias empresas exitosas, incluida una empresa de software de contabilidad que vendió a Microsoft por más de 1.000 millones de dólares en 2001. Desde entonces ha participado activamente en muchos esfuerzos filantrópicos.
Burgum fue candidato a la nominación presidencial republicana en 2024, pero abandonó la carrera en diciembre de 2023. Aunque criticó levemente a Trump durante la campaña, respaldó al expresidente a principios del año electoral y pasó a ser una presencia regular en la campaña electoral y un sustituto de los medios para él.
"A Trump le gusta y se siente cómodo con él", afirmó Sabato. "Es un hombre de negocios, habla muy suavemente, no tiene dinamismo y no puede eclipsar a Trump cuando están juntos en el escenario".
Otras posibilidades
Si bien Rubio, Vance y Burgum parecen tener las mayores posibilidades en este momento, se cree que Scott y Stefanik siguen bajo consideración.
Scott, senador por Carolina del Sur, ocupa un cargo público desde 1995, cuando inició su carrera en la política local. Ha sido miembro del Senado desde 2013 y antes sirvió un mandato en la Cámara de Representantes.
Como afroamericano, Scott podría ayudar a Trump a atraer a los estadounidenses negros, un grupo demográfico en el que históricamente ha tenido un desempeño inferior. Sin embargo, Trump ya es el gran favorito para ganar en Carolina del Sur, por lo que elegir a Scott le ofrecería pocos beneficios allí.
Stefanik ha representado a su distrito de Nueva York en la Cámara desde 2015 y es presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara, un puesto en el liderazgo del partido. Ella es una abierta partidaria de Trump que llamó la atención del expresidente en parte debido a su agresiva defensa de él cuando la Cámara de Representantes estaba considerando su primer juicio político.
Como mujer, Stefanik podría ayudar a Trump a atraer a las mujeres votantes, con las que el expresidente a veces ha tenido problemas. Sin embargo, al igual que en el caso de Scott, es poco probable que su elección afecte a la forma en que vota su propio estado. Nueva York no ha votado por un republicano para presidente en 40 años, y el 61 % de sus votantes respaldaron a Joe Biden en 2020, mientras que el 38 % respaldó a Trump.
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