El aumento de la actividad geotérmica en una isla volcánica de Nueva Zelanda donde perecieron varios turistas esta semana aumentó el miércoles al punto en que los expertos advirtieron sobre el peligro de otra masiva erupción.
Las condiciones han impedido a los socorristas recuperar los cadáveres de unas ocho personas que permanecen en la isla desde la erupción del lunes.
Hasta ahora solo se han confirmado seis muertes a causa de la erupción, cinco en el lugar y una sexta que falleció el martes por la noche en un hospital de Auckland.
Otras 30 siguen hospitalizadas, 25 de ellas en condición crítica con quemaduras graves.
Las autoridades médicas declararon que 22 se encuentran entubadas debido a la gravedad de sus quemaduras y que necesitarán 1,2 millones de centímetros cuadrados de piel para trasplantar a los pacientes.
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Los gases y compuestos químicos de la erupción afectan la naturaleza de las quemaduras y complican el tratamiento, dijo un funcionario médico en el hospital Middlemore de Auckland.
Las autoridades que monitorean la isla afirmaron que las condiciones están empeorando y que actualmente hay una probabilidad de 40 a 60 por ciento de una erupción masiva similar a la del lunes.
En la isla, aún puede verse una columna de humo saliendo del volcán Whakatane.
Inspecciones aéreas no arrojaron señales de vida en la isla, donde al menos un grupo de turistas fue capturado en cámaras de vigilancia pocos minutos antes de la erupción.
La policía dijo que la seguridad de los equipos de socorro era una prioridad y esperan el visto bueno de los expertos para aventurarse a la Isla Blanca.
Paseos diarios llevan a la isla, de propiedad privada, a más de 10 mil visitantes cada año y el lugar es promovido como “el volcán marítimo más accesible del mundo”.