La NOAA pronosticó que se podrían producir entre 12 y 17 tormentas tropicales y que entre cinco y ocho podrían derivar en huracanes.
La temporada de huracanes de este año en el océano Atlántico tendrá una actividad cercana o superior a lo normal, según informó hoy la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Se esperan entre 12 y 17 tormentas tropicales para la temporada, que se extiende entre junio y noviembre. De ellas, entre cinco y ocho podrían derivar en huracanes y entre dos y tres en “grandes ciclones”.
La NOAA aumentó la cifra de tormentas que había pronosticado en mayo para el Atlántico, cuando había previsto que ocurrirían entre nueve y 15 tormentas tropicales.
Este año, se han producido seis tormentas tropicales a la fecha en la zona y dos de ellas alcanzaron la fuerza de huracanes. Éstos pueden ser altamente destructivos cuando alcanzan vientos de velocidades superiores a los 178 kilómetros por hora.
Las temperaturas más altas de la superficie del océano Atlántico, propias de la temporada, contribuyen a formar estos huracanes.
Para esta temporada también se esperan los efectos del fenómeno del Niño que, según los meteorólogos, probablemente se formará en agosto y septiembre.
Se esperan entre 12 y 17 tormentas tropicales para la temporada, que se extiende entre junio y noviembre. De ellas, entre cinco y ocho podrían derivar en huracanes y entre dos y tres en “grandes ciclones”.
La NOAA aumentó la cifra de tormentas que había pronosticado en mayo para el Atlántico, cuando había previsto que ocurrirían entre nueve y 15 tormentas tropicales.
Este año, se han producido seis tormentas tropicales a la fecha en la zona y dos de ellas alcanzaron la fuerza de huracanes. Éstos pueden ser altamente destructivos cuando alcanzan vientos de velocidades superiores a los 178 kilómetros por hora.
Las temperaturas más altas de la superficie del océano Atlántico, propias de la temporada, contribuyen a formar estos huracanes.
Para esta temporada también se esperan los efectos del fenómeno del Niño que, según los meteorólogos, probablemente se formará en agosto y septiembre.