Las fricciones entre Japón y Rusia probablemente se intensificarán en medio de la creciente guerra en Ucrania, y los conflictos territoriales que duran décadas no muestran signos de resolverse.
El Kremlin recientemente prohibió a los buques no rusos navegar en aguas cercanas a las Islas Kuriles –conocidas en Japón como los Territorios del Norte– actualmente ocupadas por Rusia, pero reclamadas por Japón.
Tokio vio la medida como parte de una serie de amenazas de Moscú tras la reciente alianza de seguridad entre Estados Unidos y Japón.
También lea Ucrania dice haber frustrado complot para asesinar a ZelenskyyHabrá más represalias de Moscú contra Japón, según James DJ Brown, profesor de ciencias políticas en la Universidad Temple de Japón.
"El régimen de Putin se siente obligado a tomar represalias contra lo que considera acciones hostiles de Japón", dijo Brown a VOA News. "Cada vez que Tokio hace algo más para ayudar a Ucrania o fortalecer los lazos militares con Estados Unidos, Moscú toma algunas medidas para castigar a Japón".
Según comentó, como es probable que Japón introduzca más sanciones para apoyar a Kiev, las represalias de Moscú están “prácticamente garantizadas”.
Las medidas de represalia no están dirigidas únicamente a Tokio. En marzo, un tribunal ruso advirtió a un hombre ruso que residía en las Islas Kuriles por sus comentarios a los medios japoneses de que el territorio había pertenecido a Japón en el pasado.
A principios de este año, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que visitaría las Islas Kuriles, poniendo freno a las esperanzas de negociaciones sobre soberanía que ambos países han intentado durante décadas.
Las disputas por la tierra son profundas
Los reclamos en competencia de Rusia y Japón sobre las cuatro islas frente a la costa noreste de Hokkaido –la segunda isla más grande de Japón– se remontan al menos al siglo XIX. Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, la entonces Unión Soviética comenzó a ocupar por completo las Islas Kuriles.
Japón afirmó que la Unión Soviética los incorporó “sin ningún fundamento legal” y se negó a firmar un tratado de paz. Según Tokio, unos 17.000 residentes japoneses fueron deportados de las islas. El público ruso, añadió Brown, ve las Islas Kuriles como una recompensa por los sacrificios del pueblo soviético durante la guerra.
También lea Putin inicia su quinto mandato como presidente con más control sobre Rusia que nuncaLos dos países han mantenido conversaciones intermitentes durante décadas para llegar a un acuerdo, pero sin éxito.
El conflicto se alivió en 2016, cuando los dos países acordaron actividades económicas conjuntas, incluidos proyectos turísticos en las islas, así como visitas sin visa para ciudadanos japoneses.
Dos años más tarde, el ex primer ministro japonés Shinzo Abe propuso dividir las cuatro islas, devolviendo dos islas a Japón, pero Putin lo rechazó. Akihiro Iwashita, profesor del Centro de Investigación Eslavo-Eurasiático de la Universidad de Hokkaido en Japón, calificó esto como una “diplomacia fallida” de Putin hacia Japón que eventualmente llevó a Tokio a adoptar un enfoque más fuerte contra Moscú.
"Si Putin hubiera mostrado buena voluntad hacia Japón, negociando con Shinzo Abe el tratado de paz, Japón no habría adoptado una posición crítica sobre la guerra de Ucrania", dijo Iwashita a VOA News. “¿Recuerdan la vacilación de Japón a la hora de sancionar a Rusia después de su agresión de 2014 contra Ucrania? Ahora Japón no necesita limitar su política hacia Rusia”.
Tensiones por la guerra de Ucrania
Poco después que Rusia invadiera a Ucrania en febrero de 2022, Moscú suspendió todas las conversaciones sobre el tratado de paz con Japón, así como las actividades económicas previamente acordadas y las visitas sin visa a las islas para los ciudadanos japoneses. Esto se produjo después que el primer ministro Fumio Kishida se pusiera del lado de Ucrania en la guerra. Kishida calificó la suspensión de “extremadamente injusta”.
Japón ha brindado asistencia a Ucrania contra la invasión rusa, incluido el suministro de sistemas de defensa aérea Patriot el año pasado. Kishida fue el primer líder japonés en visitar una zona de guerra activa para mostrar solidaridad con Ucrania y Estados Unidos.
Moscú advirtió sobre “graves consecuencias” por sus vínculos con Tokio. Eso no impidió que Japón prometiera en diciembre pasado 4.500 millones de dólares en ayuda a Ucrania devastada por la guerra, incluidos 1.000 millones de dólares para fines humanitarios.
La ayuda de Japón a Ucrania ha afectado a los residentes de Hokkaido. Una encuesta realizada por las autoridades y el Hokkaido Shimbun el año pasado mostró que más de la mitad de los encuestados cerca de la frontera entre Rusia y Japón en el norte sintieron un efecto negativo por la guerra de Ucrania en la vida local, incluida la reducción de las actividades pesqueras, el comercio, y los contactos humanos.
En octubre del año pasado, Rusia prohibió todas las importaciones de productos del mar procedentes de Japón, citando la liberación de aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima por parte de Tokio.
“Moscú utilizó el pretexto de la amenaza de radiación del agua de tratamiento de la planta de Fukushima. En realidad, fue un intento de Moscú de castigar a Japón por su apoyo a Ucrania”, dijo Brown.
En la encuesta, muchos también dijeron que no pueden prever una solución para los territorios del norte, pero una mayoría dijo que apoya la política de Tokio contra Rusia.
Ambos expertos afirmaron que Rusia no representa actualmente una amenaza militar para Japón. Brown dijo: “El ejército ruso está presente en las islas en disputa, pero su papel es defender el Mar de Okhotsk, que es importante como bastión para los submarinos nucleares rusos. No tiene la capacidad en las islas para lanzar un asalto anfibio a Hokkaido”.
Se espera que las negociaciones del tratado de paz sigan detenidas en un futuro previsible, a pesar de los llamamientos de Kishida para reanudarlos en febrero de este año.
"Kishida está mostrando buena voluntad diplomática hacia Rusia, pero sin expectativas de que sea correspondida... Hay poco espacio para llenar la brecha de intereses entre los dos", dijo Iwashita.
Añadió que la presión de Rusia sobre Japón "no conducirá a ningún resultado".
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